Ahora, el activismo, Lista 2, superó en 21 votos a la Lista 1 de Dragún y ganó en las dos plantas mayoritarias, mientras la burocracia sólo lo hizo en una, creada recientemente por la patronal a la medida de Smata. Sin embargo, Dragún se quedó con la mayoría de la comisión interna (12 sobre 19 delegados).
La burocracia pudo alzarse con la mayoría modificando arbitrariamente el sistema de votación y de reparto de cargos que ellos mismos impusieron en la última elección, para tratar de desplazar al activismo.
Si bien la burocracia siempre cuenta con aparato propio y con el que le presta la patronal, lo que torció la balanza y le permitió maniobrar y quedarse con la mayoría del cuerpo de delegados fue que logró instalar en un sector de trabajadores y, principalmente, sobre el mismo cuerpo de delegados, el planteo de que sin el aparato del gremio y el respaldo de la patronal es imposible conseguir un reclamo. Esto llevó a la comisión interna a entrar en las elecciones sin ningún tipo de iniciativa sobre las reivindicaciones del gremio. El último reclamo, un atraso de la patronal de VW en el pago de un premio, fue explotado por los punteros de la burocracia, que tres meses más tarde aparecieron apropiándose del triunfo “gracias a sus gestiones”. Incluso el corte de calle que organizó la comisión interna el día del paro de Moyano contra el impuesto a las ganancias, fue procesado por los trabajadores como una medida aislada. La propia CI no dio continuidad a un reclamo profundamente sentido.
La dirección del cuerpo de delegados nunca avanzó en una política clasista para VW y menos para el Smata. A pesar de que la burocracia había sido barrida de la empresa, no se plantearon como norte inmediato el control del lugar de trabajo. Las asambleas y las medidas de lucha siempre se dieron entre los estrechos marcos que le establecían la conducción y la patronal. Cambiaron la acción directa por el uso abusivo de petitorios y juntadas de firmas dirigidas al gremio y a la empresa.
Aunque su campaña fue “por un cuerpo de delegados independiente”, no lograron trasponer la acción declamativa de este postulado para transformarlo en una lucha política y programática concreta. En el programa de la comisión interna de VW estuvo y está ausente la asamblea general de la planta y asamblea general del Smata. La ausencia de este planteo, en los momentos de crisis, no prepara ni unifica a los trabajadores, que terminan yendo a la rastra de la burocracia.
A pesar de esto, la mayor cantidad de votos se lo llevó la Lista 2, porque los trabajadores de Smata entienden las consecuencias de tener una burocracia comprometida con los patrones y el gobierno.
La tarea en el Smata es desarrollar una agrupación clasista que, asentada en el sentimiento antiburocrático de los trabajadores, en sus reivindicaciones y en su predisposición a la lucha, recupere los cuerpos de delegados y, con un programa independiente, prepare las condiciones para echar a De la Sota y las patronales del gremio.
Alejandro Roqueiro