Foto:mundotoro.com
Por Francisco Picornell
Plaza de Toros de Sevilla. 7 de Mayo Decimocuarta de Feria.
Cinco toros de Manolo González y uno, el quinto, de Salvador Domecq. Mulos de carreta.
Descastados.
JUAN MORA .- Silencio. Palmitas.
CURRO DÍAZ .- Saludos desde el tercio. Cogido.
FANDI.- Saludos desde el tercio. Silencio.
Se ha colocado un post, en el que se dice lo bueno que es el Fandi por una entrevista que se le hizo en el plus. Y digo yo que se me da una higa, que sea bueno. Lo que quiero es que toree, yo lo juzgo como torero. A este respecto es conocida la anécdota en la que le decían a un crítico taurino , lo buen hijo que era un matador que no era de su predilección, y este contestó: “Por mi que sea parricida, pero que se arrime:” Lo mismo digo yo. Lo otro son sentimentalismo de prensa del corazón.
Existe una figura del derecho mercantil que se llama el préstamo a la Gruesa y que, más o menos, es una especie de seguro que contrata el transportista por barco cuya entrega monetaria depende de que la mercancía llegue a puerto en buen estado.
No me refiero a este préstamo, sino al que le hicieron en Granada a la Gorda para que pudiera desplazarse a la feria de Sevilla a ver a su Fandi de su alma y, de camino, pasear sus abundantes carnes por el real de la feria, luciendo una bata de cola que para la ocasión se había hecho. Era de lunares rojos sobre fondo verde (horrorosa, en verdad) pero decía que eran los colores de la bandera de Granada y los colores de los papelillos que adornan las banderillas que pone Fandila.
Le hizo un préstamo, como digo, un usurero de Santa Fé que le cobra un capitalito de interés.
Con el dinero en el bolsillo, se compró una grada del tendido doce, que estaba justo detrás del reloj ¡¡oh putada!! Lo que le obligó a estar toda la tarde en postura fetal inclinada para adelante, con el noble propósito de poder ver algo. Ella no se percató de que en la plaza había un banderillero que no era Fandila, sino Juan Manuel Montoliú, que puso dos magníficos pares en los mismos terrenos donde en el año 92 un toro le partió el corazón a su padre, también en tarde de feria. Se fue Juan Manuel hacia el toro, andando, muy tieso, y cuando llegó a jurisdicción de la res, aceleró algo el paso hasta convertirlo en una carrerita, clavó los palos y salió airoso saltando la barrera. Antes había hecho lo propio pero se le cayó un palo. Saludó montera en mano. ¡¡Que diferencia con los pares que puso el Fandi!!. Dando alocadas carreras, corriendo para atrás que es una forma de evitar el embroque y salir airoso después de clavar. Como si estuviera haciendo slalom .Cuadrando en los costillares….¡¡y la plaza en pié!! Supongo que serían los compañeros de viaje de la Gorda y de la propia Obesa.
Fandila tiene una forma peculiar de “destorear” y que consiste en que en vez de adelantar la pierna contraria dar un pequeño saltito para las afueras quedándose totalmente salido del embroque. Con esta técnica, dio mantazos en ambos toros.
En un momento de la trasmisión televisiva, el realizador sacó un primer plano de un grajo o cuervo, posado en el mástil de la bandera. Mal gusto si señor, pues es pájaro de mal agüero y, como no podía ser menos, Curro Díaz se llevó una cornada y la rotura de un hueso. Sucedió en el quinto de la tarde, Estaba toreando al natural, se le revolvió y lo engancho a la altura de los machos. ¡¡La “esaborición” del grajo!! Pensé.
Juan Mora es torero que se ha decidido por estar pasota, por encima del bien y del mal y no es eso. Se pasó a sus enemigos en actitud perfilera con la muleta retrasada. Estocada desprendida al primero, cometiendo el terrible error de retirarse al callejón antes de que la res fuera apuntillada y la paloma le salió cuco, hubo de salir de nuevo. Eso no es de torero.
Al cuarto lo pasaportó de terrible bajonazo.
Al filo de las nueve de la noche la Gorda agrupó sus desparramadas carnes magras, salió de la Maestranza camino del Real, pero antes quería ir a las bodeguitas Romero a tomarse varias toneladas de “pringaita” no fuera a ser que le entrara una debilidad en la feria y le diera una bajada de tensión.
Un saludo.