Revista Cultura y Ocio

Un Berlanga para el camino: reflexiones sobre un director

Publicado el 02 agosto 2011 por Ruta42 @ruta42
Un Berlanga para el camino: reflexiones sobre un directorEl conocido director. Imagen de la recomendable http://notasdecine.es
Marisol Carnicero ha sido la primera ponente en el 48º Curso de Cinematografía de la Cátedra de Cine de la UVa. Esta mujer lleva desde los 16 años trabajando en el mundo audiovisual, comenzando en RTVE en secretaría de dirección y desde ese momento en un gran número de producciones desde series a programas y películas cinematográficas (además de profesora).
Su camino se cruzó con el del director Luis García Berlanga en 1967 y se extendería durante largos años, sienda esta experiencia la que contó teñida de recuerdos, anécdotas y un cariño hacia esta persona que estaba a flor de piel y es que, en sus palabras, “me enseñó más para ser persona que director”.
Al igual que hicimos con la semblanza de Fernando Urdiales, os queremos hacer llegar un documento de alguien que de primera mano conoció a un hombre que para muchos es el mejor, o entre los tres, director de cine que ha dado nuestro país.
Acerca de Berlanga.
Marisol se encontró por primera vez con Berlanga en 1967, ya lo hemos indicado antes, gracias a Alfredo Matas, que junto al guionista Azcona formaban un trío prácticamente inseparable, quienes la trataron siempre “con cariño y respeto”, aunque ella era mucho más joven que ellos y por lo tanto más inexperta, aunque esto no supuso ningún inconveniente y muestra de ello son los largos años que trabajo con los citados.
El director es bien conocido por sus películas corales, en las que intervienen una gran cantidad de personajes y en las que se funciona muchas veces en plano secuencia, para sus necesidades inventó lo que hoy se llama la “Berlanguina” que es una pequeña grúa de metro y medio que permite rodar en especios muy pequeños. Otra característica destacable es que nunca daba indicaciones a sus actores ya que, según comentó la ponente, él elegía a los intérpretes por considerar que eran capaces de dar lo que quería aunque en el momento que esto no era así lo hacía saber, pero siempre siendo tarea de ellos el buscar la forma adecuada de hacerlo.
Sin duda esto podría llevar al rápido pensamiento, no desconocido para los amantes del cine, de ser un realizador caótico y desordenado, pero esto no es realmente cierto ya que se ceñía siempre a lo que se reflejaba en el guión y a lo pactado con el equipo, además de estar siempre al tanto del productor y el dinero que estaba en juego.
Se refería a sí mismo en calidad de “acráta de derechas”, no siendo fiel a nadie (ni franquismo mediante) más que a sus propias ideas y lo que él quería contar, en muchas ocasiones mostrando un mundo dulce y bueno, aunque no por ello exento de ser tramposo pero sin maldad alguna. En ocasiones debiendo sortear a la censura, y a los inversores, para lo cual exageraba los guiones que presentaba, aunque esto es algo que otros tantos hacían y que hoy en día no es tampoco algo que haya desaparecido (puestos a meter tijera, mejor que sea en algo que ya se sabe que realmente puede cortarse).Sobre su forma de trabajar.
Berlanga se preocupaba por lo que contaba, por sus personajes y sus diálogos, siendo para él lo realmente importante de una película y lo demás estando en un plano más secundario. La luz, un aspecto muy relevante en cualquier producción, pasaba a un lugar más apartado siempre que sirviera a sus fines y la escena estuviera correcta, aunque en muchas ocasiones esto era algo complicado para el director de fotografía, ya que los planos del director están siempre llenos y apenas queda lugar para poder colocar los focos de manera correcta.
Esta preocupación quedaba patente en sus guiones, para los cuales (junto con Azcona) se ponía a escribir dentro del Corte Inglés, allí mientras escuchaba a la gente pasar, sus comentarios, expresiones y preocupaciones iba dando formas a sus pensamientos para lograr traspasar a la gran pantalla lo que realmente estaba en la mente de los futuros espectadores, quizá algo que (en vista de algunas producciones de nuestra industria patria) hoy se ha perdido en algunos momentos.
Se ensayaba mucho, de las horas que se tenía de rodaje era probable que la mayoría de ellas se usaran en lograr que la escena fuera perfecta según lo que estaba en la mente del director, además de ser algo evidentemente necesario en vista de la cantidad de actores y acciones cruzadas que se desarrollan en sus películas.
El erotismo del director.
Quizá, desde nuestro punto de vista actual en que siempre hay que ser políticamente correcto (en tu trabajo y en otras tantas circunstancias de la vida) esto pueda chocar en parte, pero realmente, y así lo aclaró Carnicero, no dejaba de ser un juego inocente en lo que es una profesión muy tensa y necesitaba de momentos de diversión en el día a día profesional.
Berlanga se definía, también, como un erotómano, llegando incluso a intentar atar a las señoritas de su oficina las cuales a veces entraban al trapo y otras le despachaban con un “Anda, déjame trabajar”. También intentaba que acudieran al trabajo con tacones, los cuales le fascinaban y coleccionaba a partes iguales. Estas muestras nunca fueron consideradas ofensivas o malintencionadas ya que, de nuevo en palabras de Marisol Carnicero, “Era muy ingénuo y torpón, un erotómano de andar por casa”.
Un Berlanga para el camino: reflexiones sobre un director 
Algunas anécdotasde rodaje.
La escopeta nacional: Esta fue la primera vez que la ponente trabajó con el director, y en el primer día de rodaje (una complicada escena en el comedor, muchas acciones) ya hubo lo que ella consideraba un retraso al no lograr grabarse lo que se tenía anotado en el plan de rodaje, Berlanga le dijo que no se preocupara y que al día siguiente todo saldría a pedir de boca, ella no se lo creía pero llegó la mañana siguiente, despacharon lo anterior en un par de horas y rodaron lo siguiente sin problema alguno.
Calabuch: Siendo esta la película que precedía a la charla los comentarios estaban llenos de sentido al estar fresca en la mente de todos los presentes en la sala. Comentó que en esta producción, aunque técnicamente mejoró con el tiempo, ya se puede ver lo que será su característica forma de rodar con ese deseo (ya comentado antes) de definir una buena sociedad aunque algo tramposa. Hay que destacar el papel de Jorge, el sabio atómica fugado que será prácticamente un guía para el espectador, el cual bien podría ser un reflejo de Berlanga ya que al igual que él es un genio pero con alma de niño, que se pasa el día bromeando y que (lo que más importa) “era uno más de la panda”.
La Vaquilla: Aquí se refleja lo ya comentado de la presión de esta profesión, en concreto con el siempre complicado tema del dinero. Para la realización de esta película se estimaba una cantidad de 220 millones de pesetas, siempre según lo que indicó Carnicero, y sobre la que el producctor solo estaba dispuesto a poner 200. Ni uno ni otro quería retroceder en su decisión, lo que hice que Berlanga probara en otra puerta, aunque sin estar realmente convencido ya que el citado productor era Matas con el que mantenía una relación íntima de amistad, esto conllevó a que finalmente este último cediera y la película llegara a buen puerto según la conocemos hoy todos.
Patrimonio Nacional: Aquí fue la primera vez que el equipo de rodaje usaba el combo (o vídeo asistencia), lo que se entiende por una mejora pero que conlleva un problema muy sencillo: los actores pueden verse y reaccionar a ello, “José Luis López Vázquez era el mayor experto en ello” comentó la realizadora. El conocido actor se cambiaba de sitio, y proponía otros planos, para lograr salir en mejor situación en la pantalla e incluso llegando en alguna ocasión a mirar fijamente a la pantalla. Esto comentado provocaba retrasos y problemas, así que finalmente se reunieron los técnicos y votaron para seguir la producción sin la nueva técnica.
Un Berlanga para el camino: reflexiones sobre un director Jorge, protagonista de "Calabuch".
La frase final.
Aunque realmente no es con la que terminó la ponencia, me parece sin duda la más adecuada para dar carpetazo a este escrito, además de hacerlo así con las palabras de Marisol Carnicero: “A Luis se le quiere”.

Volver a la Portada de Logo Paperblog