Este billete, de 1953, representa una época de España en la que se empezaba a salir de la tremenda crisis originada por la destrucción del país durante la guerra civil. Pero aún eran tiempos duros. En 1950 nació mi padre, en un entorno rural. Raramente comían carne, aunque no eran pobres de solemnidad, sino una familia humilde normal. En 1956 murió mi abuelo materno, a sus 35 años, en un entorno muy diferente, una pequeña ciudad minera. La mina fue lo que lo mató. El billete representa a Don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, un importante personaje del pasado de España que libró muchas batallas contra los enemigos de la patria y que jamás conoció la derrota en ninguna de ellas. Con la representación en billetes o sellos de personajes vencedores y poderosos del pasado glorioso de España las autoridades franquistas pretendían decirle a los españoles "fuimos grandes, y podemos volver a serlo". Recordar y honrar era algo que se podía y hasta debía hacerse. Ahora por contra si recuerdas a estos ilustres, si rememoras sus gestas, te tachan de fascista. No recomendaría, a quienes tengan como en este caso números o letras escritos a bolígrafo en billetes, intentar borrarlos. El billete, tal vez como en este caso ya de por sí en mal estado, puede dañarse más en ese intento.