Hoy regreso a la sección dulce del blog con una nueva aportación al reto cocina de película, que publicamos cada 1 del mes y que ya vamos por el tercer reto. Si ya te digo yo que el tiempo vuela, en fin...el reto, como ya sabes está organizado por Elena, del blog Dulces Helen's, que consiste en hacer una receta que te inspira la película que vaya tocando cada mes.
En esta ocasión, le tocó el turno para escoger el film en el que nos basaríamos en este mes de mayo a Leire, del blog La hondonada de los dulces, y no se le hizo tarde para decirnos la película, la verdad, se ve que la tenía clara no, lo siguiente, jejeje. Y quería que inundásemos las redes con chocolate, ya que, su película escogida fue la conocida por todos, Charlie y la fábrica de chocolate (2005), de Tim Burton.
Todo el que me conoce sabe que soy muy fan de Tim Burton y, mucho más de su actor fetiche, Johnny Depp, a pesar de que los años no le están sentando bien a su carrera, a la del actor, me refiero.
A pesar de que esta película no es de mis favoritas de ambos, no voy a negar que tampoco es de las peores, y que es de esos films que te aconsejo que veas con un cargamento dulce, si puede ser de chocolate, mejor, porque, como ya intuyes si no la has visto aún por el título, la historia se desarrolla en una fábrica de chocolate mundialmente conocida, la de Willy Wonka y está basada en el libro del mismo nombre, de Roald Dahl (1964) y existe una adaptación cinmatográfica anterior en 1971.
Charlie y la fábrica de chocolate cuenta la historia de Charlie Bucket (Freddie Highmore), un niño educado, servicial, obediente...que pertenece a una familia muy pobre compuesta por sus padres y sus abuelos paternos y maternos. Tras llevar un tiempo cerrada a cal y canto, la famosa fábrica de chocolate de Willy Wonka convoca un concurso con el que podrás ganar una visita a dicha fábrica y así conocer sus entresijos y al famoso creador de ese universo dulce, de fantasía, color y, sobre todo, de chocolate, el "peculiar" Willy Wonka (Johnny Depp). El concurso consiste en encontrar los cinco billetes dorados que se encuentran en las tabletas de chocolate de todo el mundo. Tras un sinfín de situaciones, el pequeño Charlie consigue hacerse con uno de los anhelados billetes y visita la fábrica con su abuelo, cuatro niños más y sus padres. Una historia repleta de moralejas y enseñanzas de cómo malcrían a los hijos, de la mala educación, de los excesos...todo ello sucede en un mundo fantástico e inolvidable del interior de la fábrica de chocolate más famosa de todos los tiempos.
Con el paso del tiempo, el tánden Burton-Deep ha generado varias películas, historias, dinero... y, a pesar de que en este caso el universo Burton está muy presente y el excentricismo al que nos tiene acostumbrados Depp brilla con fuerza en esta película porque su personaje lo requiere, quitando la asombrosa actuación de Freddie Highmore, que ya me había conquistado en su personaje, también con Johnny Depp en Descubriendo Nunca Jamás ( Marc Forster-2004) y las enseñanzas y moralejas que componen el film, reconozco que entretiene, pero no puedo considerarla la mejor de las colaboraciones entre ambos, eso sí, siempre será muchísimo mejor que su versión de Alicia (2010) pero, por mucho que pase el tiempo, mi favorita sigue siendo Eduardo Manos-Tijeras (1990). Sin obviar que la escenografía, el universo Wonka, las coreografías de esos pequeños Oompa-Loompas acompañados por la banda sonora del inseparable Danny Elfman, el compositor por excelencia de Burton, son impecables.
Cuando vi la elección de Leire y, a pesar de que era un reto relativamente fácil porque la película te inspira cualquier golosina o receta con chocolate, me costó muchísimo decidirme, mucho más de lo deseado pero, con la presión de que llegaba el día del reto y yo sin mi receta, decidí hacer lo más característico y anhelado de la historia, el famoso billete o ticket dorado. ;-) Y así que me puse a ello, a pensar en cómo podría transformarlo en algo comestible y, tenía la respuesta delante de mis narices, ya que, lo que más se nombra y se ve en el la historia es el chocolate y, sobre lo que más estoy leyendo e investigando últimamente es con el chocolate, así que...Voilà!! ¡¡Me decidí hacer el billete dorado en chocolate!! Y, pese a que es la primera vez que trabajo el chocolate, no sé cómo decirlo, modelado, porque sólo lo he utilizado en masas o en ganache...y pese a que se puede mejora muchísimo, para ser la primera vez, considero que da el pego y estoy contenta. ;-)
Para hacer el billete en chocolate, lo primero que hice fue derretir las tres cuartas partes de una tableta de chocolate negro para postres de 200 gr. en el micro, con intervalos cortos y controlándolo para que no se queme. Cuando estaba totalmente derretido, le añadí el chocolate restante de la tableta y los mezclé para que se derritiese, le seguí dando vueltas y mezclándolo hasta que bajó de temperatura y, como explica David Pallás en sus programas, lo compruebo con la ayuda de una cuchara mojada en chocolate en el labio, si la temperatura es menor que la corporal, es el momento de estirarlo en un papel de horno de una forma equilibrada.
Lo llevé a la nevera 5 minutos, lo saqué y, con la ayuda de un billete dorado que había impreso y al que le recorté con mucho cuidado las letras para marcarlas en el chocolate, con la parte impresa hacia arriba, lo marqué en el chocolate y lo llevé a la nevera otros cinco minutos.
Lo despegué del papel con cuidado y, con ayuda de un pincel lo fui pintando con colorante en polvo dorado, et...Voilà!! Listo!! No tiene más complicación, jeje.
Espero que te haya gustado mi idea, que visites los blog de mis compañeras de reto, que tendrán recetas muy chocolateadas y espectaculares, sin duda y, no me canso de darte las gracias por seguir ahí, por ser cada día más y que espero tus comentarios por aquí o en cualquiera de las redes sociales con el hashtag: #SucreriesPassions. Te deseo un día y un mes espectacular y plagado de sonrisas. Nos leemos pronto. Besos. MJ.