"Un bloguero que se precie, que no sea un mero intoxicador malintecionado, debe seguir un código ético y hacerlo con disciplina, sin abusar de su posición como emisor de información al universo digital. Es decir, que si lo que dice es verdad, adelante. Dígase, que todo el mundo tiene derecho a la información y a muchos esa información les puede ser de utilidad. Pero, si no lo es, si se miente, difama o engaña, el blog puede causar un gran daño, a veces irreparable para una empresa o una persona, por mucho que un juez dicte una sentencia favorable al agraviado..."
Juan Francésconsultor senior de Estudios de Comunicación