Tres días después, en el edificio del FBI, Charles le presenta a Robert a Lian Zhao, la que será su guardaespaldas. La joven bajita, rubia y de ojos azules no tiene nada de asiática, pero es una experta en kung fu que ya ha realizado trabajos de protección con éxito. Con su habitual mala leche, Robert se niega, pero no le queda otra opción que aceptar a la joven a su lado. No lo sabe en ese momento, pero le va a salvar la vida de muy diferentes formas.
Reseña¿Recordáis la serie House? Pues Robert es su protagonista. Tiene su misma cojera acompañada de bastón, su misma genialidad médica y su misma mala baba y amargura. Y Lian, por su parte, aunque ya hay muchas más diferencias, también recuerda un poco a la Dra. Cameron: joven, guapa y capaz de contrarrestar sus salidas de tono y aun así enamorarse del viejo cascarrabias.
Luego, o más bien, antes, el libro realmente empieza con una situación muy oscura: el secuestro de una niña pequeña tras salir de un tiovivo. Lo cierto es que lo primero en lo que pensé fue que este hecho y esta niña tendrían relación con Robert y explicaría su carácter amargado y furioso. Pero no. Por un lado, porque según avanzan los capítulos vemos que en realidad es la historia de Lian. Por otro, porque se nos acaba contando qué ha hecho de Robert un tipo tan desagradable como llega a ser. Seguro que no os sorprende saber que es una mujer muy mala, qué si no.
Y así toca hablar de Lian. Por mucho que tengamos toda su historia en pequeñas dosis, en ningún momento llega a resultarnos creíble. Menos cuando sabemos hacia el final cuáles son sus orígenes. Hay tantos detalles que chirrían que hay que hacer un auténtico acto de fe. Habría sido más interesante y más realista que fuese una mujer asiática. Por lo demás, es un personaje muy "zen", tranquila y calmada. También es muy inocente así que, como en el mismo libro se describe, es una extraña mezcla de anciana sabia, ingenuidad infantil y cuerpo de veinteañera. También es una pena que sus habilidades de guardaespaldas no sean aprovechadas todo lo que podría.
De secundarios, la única con cierta relevancia es Nella, la vieja ama de llaves del castillo de Robert en la Toscana. Un estereotipo con patas de señora maternal, estricta cuando es necesario, cariñosa, algo cotilla y sabia consejera.
En definitiva, un libro entretenido que da para unas horas de lectura ligera con unas pocas dosis de intriga y romance. Ya está, no le pidáis más. Personalmente, lo habría disfrutado más si el protagonista no me hubiese parecido, como en el mismo libro lo llaman, un capullo.