Si por un lado los nuestros van manejando los obstáculos legales(denuncias, Hacienda, jueces, comités de Uefa, sanciones de FIFA) con victorias y los rivales dan tumbos en cada partido aunque la mayoría los han ido salvando con las paradas de Keylor y alguna pizca de suerte(Granada, PSG, Celta, Atleti) y apelando a la estadística, ayer esa diferencia se plasmó en imágenes casi consecutivas para cualquier espectador imparcial.
Y en el Sánchez Pizjuan, ausente Keylor, el Real Madrid fue un quiero y no puedo, con la excepción de alguno que ni quería ni podía, con una sensación de pasotismo, de ausencia, de desinterés, como si no fuera con ellos. Contagiados por un Cristiano ausente, con la cabeza en todas partes menos en el campo, que se arrastra y hace que los demás tengan que multiplicarse pero se limiten a trotar. El Sevilla fue superior y tuvo coraje, el Madrid contemplaba el rondo rival sin preocuparse del 3-1 en contra.
Ya salen las críticas, que aderezan con los halagos al fútbol de un Barça que a pesar de la baja del número uno, a pesar de no poder contar en mes y pico con Leo Messi, ha contado por victorias sus actuaciones desde el partido de Sevilla, en el primer partido sin el argentino.
Neymar y Suárez se han puesto los galones y se han repartido los goles, los penaltis, las asistencias y el protagonismo partido a partido, con las apariciones estelares de Rakitic, de Busquets, de Iniesta y la lucha del resto, que por algo son un equipo.
Esta semana voy a ver muchos programas madridistas. Y puede que algùn blog.