Un Caballero de París en La Habana

Publicado el 06 enero 2018 por Carlosgu82

Nació en España, el 30 de diciembre de 1899. En 1913 llega a La Habana, y a partir de la década del 50 fue el vagabundo más famoso de La Habana.

De estatura mediana, pelo desaliñado, castaño, oscuro y con algunas canas, igual que en su barba. Las uñas largas y retorcidas sin cortar en muchos años. Siempre vestía de negro, incluso en el verano; con una capa también negra. Cargaba una bolsa de papeles y con sus pertenencias.

Trabajó en una bodega hasta que dejó la casa de su tío para seguir su propio destino. Fue encargado en una tienda de flores, sastre, trabajó en una tienda de libros y en una oficina de abogados. Logró conseguir empleos mejor pagados en varios hoteles como: “Inglaterra”, “Telégrafo”, “Sevilla”, “Salón A” y otros.

En 1920 fue arrestado y remitido a la prisión del Castillo del Príncipe en La Habana, por un crimen que no había cometido, se dice que allí perdió la razón.

Nunca se encontró algún documento sobre el juicio y arresto. Aunque existen varias teorías sobre su encarcelamiento:

  • Robo de billetes de lotería:

Fue arrestado durante un baile de carnaval en el Centro Gallego de La Habana. Él estaba con su novia, secretaria de una acaudalada familia. José rompió una vidriera y vendió un billete falso”.

  • Robo de bodega:

Otra de las historia dice que fue acusado por el robo de una bodega. Tuvo un abogado de oficio que no lo defendió bien y lo condenaron a 2 – 3 años en prisión.

  • Celos:

Existía otro famoso personaje callejero de La Habana, Manuel Pérez Rodríguez, nombrado “Bigote de Gato”, él relata que la esposa del dueño del hotel “Habana”, donde José trabajaba como dependiente, se enamoró de este. El dueño, celoso, puso un billete de $20 bajo la almohada de José y lo acusó de robo.

  • Robo de joyas:

José trabajó en la casa de un matrimonio rico que vivía en El Vedado. Un día, las joyas de la señora, valoradas en más de $50.000, desaparecieron y, aunque José juraba inocencia, fue arrestado y condenado a 10 años de prisión.

También hay muchas historias sobre el origen de su apodo.

Él mismo decía haber salido de una novela titulada: Francesas

Otra dice que la gente lo empezó a llamar el Caballero en la “Acera del Louvre“, situada en el Paseo del Prado, frente al hotel Inglaterra donde había trabajado.

También, que cuando laboraba en el restaurante París llegó un día diciendo que era un caballero, un rey; y entonces los clientes comenzaron a referirse a él como: El Caballero de París.

Al perder la razón comenzó a dormir en la esquina de las calles Infanta y San Lázaro, frecuentando las rutas 19 y 32, en donde viajaba entre los suburbios del Vedado, Miramar y el centro de la ciudad. Nunca viajó fuera de los límites de la ciudad, después de comenzar su enfermedad mental.

En diciembre de 1977, fue internado en el Hospital Psiquiátrico de La Habana.

La razón fundamental para su internamiento no fue que amenazara a nadie, sino su estado físico deplorable y su deterioro. Allí lo bañaron y arreglaron su largo cabello en forma de trenza. Le suministraron ropa limpia, incluso un traje negro como él solía vestir.

Durante su estancia en el hospital sufrió una fractura de cadera por motivo de una caída.

El diagnóstico de su psiquiatra, el Dr. Cazadilla es que padecía de un tipo poco conocido de esquizofrenia.  No sufría de alucinaciones.

Murió a la 1:45 a. m. el 11 de julio de 1985, a los 86 años.

Inicialmente fue enterrado en el cementerio de Santiago de las Vegas. Y sus restos fueron exhumados por especialistas de la Oficina del Historiador de la Ciudad y transferidos al convento de San Francisco de Asís (actualmente sala de conciertos y museo), a la entrada del cual se perfila su silueta de caballero medieval.

Muchas leyendas y cuentos fueron creadas alrededor de su persona, frecuentemente aparecidas en la prensa cubana del siglo XX. Le encantaba reunirse con los niños y “jugar” con ellos. Estas leyendas inspiraron a artistas, escritores y músicos.