Un campeón para la historia

Publicado el 29 mayo 2011 por Marianofusco

Los adjetivos cada día quedan más y más pequeños, los elogios suenan repetitivos porque la historia siempre es la misma, otra vez se vuelve a repetir. Los títulos generan el respeto, la admiración, el encanto, pero este Barcelona logró algo mucho más importante como tener una identidad, defenderla a muerte en todas las canchas y enamoró al público de todo el planeta, en España, Argentina, China, Kuwait o en el Congo, todos rendidos a sus pies.

El equipazo armado por Pep Guardiola redujo a un gigante como el Manchester United hasta lo más mínimo. No lo dejó jugar, le presionó siempre la salida, como de costumbre tuvo la posesión de la pelota casi todo el partido y disfrutó. Enterró el mito que el mismo Guardiola había mencionado en la previa del juego: “Las finales se disfrutan poco y se sufren mucho”. Sinceramente no se notó.

El gol de Pedro después de una magistral habilitación de Xavi hacía prever un dominio absoluto de los españoles, pero solo unos minutos más tarde Rooney emparejó el trámite tras una linda pared con Giggs. Los ingleses, tímidos hasta el momento, se animaron un poco más, pero el Barcelona se plantó y dijo acá estoy. Volvió a tomar el balón y no lo soltó jamás. Busquets todavía lo tenía en sus manos cuando le entregaban la copa a Abidal.

Es maravilloso saber que en cualquier momento llega un gol del Barsa. La tenía, la movía, jugaba con ella, se divertía, el marcador estaba igualado, pero los jugadores en su interior intuían que el tanto iba a venir. Tuvo que aparecer el mejor jugador del mundo, Lionel Messi, para poner el segundo y desatar el baile. El golazo de Villa agrandaría la estadística y pudieron haber sido muchos más, pero con lo hecho ya alcanzaba.

Guardiola se dio el lujo de hacer ingresar a Puyol para que levante el trofeo, pero el capitán en un acto de grandeza le cedió la cinta a Abidal y el francés volvió a vivir y nos regaló un momento emocionante. Festejos, abrazos, el mítico Wembley era testigo de la felicidad de casi todos.

Quedará para un debate de largas horas si este Barcelona es el mejor equipo de la historia. Será imposible saberlo, no tiene sentido discutirlo, lo mejor será sentarse frente al televisor y seguir disfrutando a estos monstruos que regalan el fútbol en su más pura expresión. Solo queda darles las gracias, aplaudirlos, quererlos, sentirlos como propios y que el día de mañana le contemos a nuestros hijos, a nuestros nietos, que vimos un equipo legendario, un campeón para la historia..