Un canto a la vida de un pentapléjico

Publicado el 23 enero 2011 por Nafuente
Hoy, durante el desayuno, me emocioné al leer en La Voz de Galicia este canto a la vida de Fran Otero, un enfermo de ELA que ya es pentapléjico y que sabe que le queda poco de vida. Sus palabras y durísimas circunstancias empequeñecen por completo nuestras absurdeces y problemas:
[...] «Me considero un elático afortunado, primero por vivir. Siempre lo tuve muy claro. No quiero luchar por morir dignamente, entre otras cosas porque no sé si morir y dignamente deben ir juntas. Aún y así entiendo que haya personas que no quieran vivir con estas dificultades; hay muchos factores que influyen y te llevan a la elección. Hay quien, ante la ventilación mecánica, deja escrito en su testamento vital la voluntad de no vivir así. Entre todas las opciones que me planteé, decidí luchar (desde hace 15 años) por vivir cada día, abogo por la vida digna, lucho por ir cumpliendo las ilusiones con los míos. Lucho por mi familia. La ELA no me quita las ganas de luchar y de vivir.
Afortunado y seguro es lo principal, por los cuidadores que tengo, en especial por mi mujer y, en general, mi familia. Esto, que es necesario en cualquier enfermo, en mi caso es fundamental, ya que dependo a todas horas y para todo de alguien, y aquí están incluidos el equipo sanitario que me atiende y me cuida.
De acuerdo con mi fase de deterioro actual, soy un pentapléjico. Mi complexión física es delgada, y no tengo mucho peso, pero aún puedo llevar mi silla eléctrica con un mando mentón. Por supuesto, tengo posibilidad de pedir ayuda si la necesito; siempre tengo a alguien a mi lado interpretando cada uno de mis gestos y observando mis movimientos. Como no puedo usar mi voz, nos valemos del lenguaje expresivo para entender mis necesidades. Así se suceden preguntas hasta dar en la diana de lo que necesito.
No todo es negativo, esta enfermedad tiene una dimensión enriquecedora, gracias a mi imposibilidad de tomar notas o prepararlas, mi memoria ha mejorado considerablemente y con él mi sentido de la lógica, tras la observación y la reflexión, ha reforzado mi optimismo y ha acercado a mi vida personas formidables.
¿Dónde está la diferencia?... En la ilusión y en los retos»... [+] La Voz de Galicia
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