Defender a una lengua compitiendo con otra no es sabio. Cada lengua encierra una melodía que se libera al desgranar sus palabras, cada lengua tiene una razón de ser en un determinado momento histórico, cada lengua es una oportunidad de comunicación y una cuna donde mecer la poesía que nace de nuestros corazones. Las lenguas han de crecer juntas, apoyándose y enriqueciéndose entre sí, han de servir de unión entre los seres humanos, emplearlas para separarnos los unos de los otros o para generar autoestima a costa de acorralar a otra lengua devalúa el mágico arte de la comunicación, convirtiendo a las lenguas en meras herramientas de grupos de poder y de presión.

