Ilustremos un caso simple de “Internet de la Cosas” con el funcionamiento de una pulsera de actividad para ayudar a entender el concepto de “IoT” y su relación con el denominado “Big Data”.
Este tipo de “gadgets” recogen la información de la actividad física con sensores más o menos sofisticados y envían la información a una aplicación en la nube.
Básicamente su funcionamiento consiste:Recogida de datos: de forma convencional mediante una página web o una aplicación móvil y sensores para monitorizar la actividad.En el registro y configuración inicial se recogen los datos necesarios que serán usados para la aplicación de ciertas fórmulas y estimaciones: Sexo, edad, peso, masa corporal, nivel de actividad etc.
Los datos de actividad diarios son detectados y recogidos por sensores de movimiento, altímetro, podómetro, monitores de ritmo cardiaco, GPS/localización etc.
Estas aplicaciones también suelen complementarse con bases de datos de alimentos pudiendo registrar la ingesta de alimentos si se quisiera realizar un control calórico. Las bases de datos son bastante completas, con lecturas de códigos de barras de productos e información nutricional mantenidos por los propios fabricantes del sector de la alimentación o proveedores especializados y también por los usuarios con un proceso de revisión.
Estos dispositivos almacenan los datos recogidos en local y suelen tener una capacidad de almacenamiento del orden de varios días y periódicamente se tienen que sincronizar subiendo la información mediante la página WEB o App.
Subida de los datos y conectividad
Básicamente estamos subiendo los datos a un servicio en la nube. Con la aplicación podremos configurar la privacidad que se requiera.La conectividad habitual suele ser Bluetooth al dispositivo móvil u ordenador que tiene la conexión a Internet. Algunas pulseras tienen funciones como WIFI o incluso 4G para subir la información directamente sin necesidad del dispositivo intermedio.
Análisis de los datosEl usuario tendrá a su disposición un cuadro de mandos e informes para el seguimiento personal de su actividad y que es fruto del análisis de los datos subidos previamente (Calorías, Pasos, distribución de la actividad, Frecuencia cardiaca, Entrenamientos etc.)El fabricante, disociando los datos personales, podría llegar a obtener un análisis de actividad de todos sus usuarios de forma agregada.
¿Red social?Reseñar que estas aplicaciones también suelen tener características de red social o integraciones con redes sociales de más amplio uso donde se podrán compartir las actividades y logros de forma automática.
Entendiendo el Big Data
El funcionamiento de este tipo de dispositivos se podría catalogar como “IoT”. Si extrapolamos los datos obtenidos para muchas personas y muchas cosas (eHealth, smartTVs, vehículos inteligentes, domótica etc.) y además sumamos la información procedente de otros medios como redes sociales, historiales de navegación y búsquedas, blogs, foros, publicaciones oficiales, etiquetados etc. tendremos un gran conjunto de datos estructurados y no estructurados, procedente de muchos orígenes y que conformará el denominado “Big Data”, y que además podrá ser analizado, “Analytics”, mediante técnicas basadas en consultas clásicas o algoritmos matemáticos avanzados de minería de datos que incluso pueden realizar predicciones de comportamiento. Además muchos de estos datos serán privados, y a priori no podrán ser usados legalmente sin el consentimiento de los interesados, abriendo así el complejo debate de la regulación de la protección de datos personales, privacidad, derecho al olvido etc. Por supuesto la ciberseguridad sería otro de los pilares a tener en cuenta… imaginemos un caso similar al ejemplo anterior, pero en vez de una pulsera de actividad pensemos en un DAI o “Desfribilidador Automático Implantable”. (Dispositivo subcutáneo, similar a un marcapasos, pero que actúa, pudiendo llegar a desfribilar, y que además puede enviar información y recibe instrucciones del centro médico conectándose a una red de comunicaciones privada).
Podemos intuir que el “IoT” y “BigData”, aunque en crecimiento, se trata de una realidad a presente y que conforme vaya habiendo más orígenes de datos, uso, diferentes tipos de dispositivos IoT (con funciones y sensores mejorados) la cantidad de datos será cada vez mayor y de más calidad. Asimismo las demandas en las comunicaciones crecerán, se precisará más capacidad de computación para el tratamiento y análisis de los datos. Por otro lado serán fundamentales los aspectos relacionados con la protección de datos, privacidad y todos los mecanismos necesarios para garantizar la ciberseguridad.