Hay muchos ejemplos, pero el 15 de agosto de 2012 nos dieron uno de los ejemplos más claros de argumentación a conveniencia. Cuando algo contradice la “versión oficial” se dan una serie de explicaciones que suelen ser –aunque no siempre- convincentes. Lo curioso resulta cuando esos mismos argumentos los utiliza alguien para lo contrario, es decir, para contradecir la versión oficial. La argumentación y razonamiento son los mismos en ambos casos, pero en el primero lo consideran correcto y en el segundo lo rechazan. Por eso, traigo de nuevo ese ejemplo del 15 de agosto de 2012 que resulta muy ilustrativo.
En esa fecha los periódicos del día publicaron un artículo sobre el descubrimiento de unas nuevas pirámides en Egipto. Esas presuntas pirámides habían pasado desapercibidas hasta ahora al encontrarse completamente sepultadas por la arena, pero –gracias a las fotografías de los satélites- fue posible deducir su presencia (Ver foto adjunta).
Están situadas a unos 12 kms. de la ciudad de Abu Sidhum y una de las principales autoras del hallazgo, Angela Micol, declaró que estas imágenes “hablan por sí mismas” y según esta experta “es obvio que ambos lugares pudieron acoger en su día unas pirámides”.
Sin embargo unas imágenes similares y unos mismos razonamientos se han utilizado para deducir la existencia de pirámides en Marte, y sin embargo la ciencia oficial los ha rechazado.
Por consiguiente, si se aceptan los argumentos de estos expertos para lo que han detectado en el desierto de Egipto, también habría que aceptar lo que algunos estudiosos del tema como Graham Hancock (“El misterio de Marte”) revelaron hace unos años sobre nuestro planeta vecino que, dicho sea de paso, supuso un quebradero de cabeza para quienes dirigen la “versión oficial” de lo que debemos creer o no. En esto y en todo.