Louisa May Alcott
Por mucho que Funambulista la incluya en su colección «Grandes clásicos», no hay que engañarse: esta novelita no es ni pretende ser literatura en mayúsculas. El hecho de que Alcott la publicara bajo seudónimo indica una voluntad clara de separarla de su producción principal, puesto que escribía este tipo de obras, potboilers, para obtener dinero rápido (serían el equivalente a lo que ahora se conoce como literatura comercial o best-sellersprefabricados, aunque los escritores de entonces eran mucho más cultos que los de ahora y sus lectores también). ¿Se puede considerar una recuperación necesaria? Desde el punto de vista literario, no. Desde la curiosidad por conocer otra faceta de la autora, tal vez. En cualquier caso, es un divertimento decimonónico bien ejecutado que puede seguir entreteniendo en la actualidad (eso sí, estaría mejor sin las faltas en el uso de las comas y las erratas de esta edición).