Con reserva previa, pasé una noche en el hotel "La Cabaña del Viajero". Accedí en dicho alojamiento en lancha, desde Livingston. Está muy cerca de un embarcadero.
Tuve una agradable estancia durante la única noche que me hospedé allí. El trato es muy cercano y familiar, y las habitaciones son "curiosas": donde estuve yo no tenia ninguna ventana, sin embargo tenia una puerta que daba a una pequeña terraza privada. Además en el baño privado de la habitación, la puerta no cerraba bien y no tenia techo.
La habitación tenía aire acondicionado, cosa que es un punto a favor, puesto que gracias a eso pasé una noche agradable y dormí del tirón.
El restaurante es lento en el servicio, y no tenían casi nada disponible. Al final uno se tenia que adaptar a lo que les quedaba a la despensa... Supongo que fue cosa de la mala suerte.
Un gran punto a favor de este hotel es la piscina, que está limpia y se agradece mucho meterse allí en cualquier momento del día. Me pasé bastantes horas nadando y refrescandome, es genial. En la zona hay un pequeño rancho para tomar algo, o para cenar allí, bajo petición.
En general mi estancia allí fue muy positiva y me alegro de haber conocido tal sitio. ¡Volvería!
Zona de la piscina con un ranchito
Carta del restaurante del hotel
Vista del balcón de mi habitación, de noche.
Vista de la habitación triple