Este edificio se encuentra en San Lázaro y Paseo del Prado, se ve el pequeño local donde vivían Guillermo y Rogelio (foto del autor)
LA HABANA, Cuba.- Jorge Guillermo García y Rogelio Sordo Herrera han sido desalojados por las autoridades del municipio Habana Vieja, del recinto ubicado en un costado de un viejo edificio ruinoso, que se encuentra al final de la calle San Lázaro, frente al Paseo del Prado, donde vivían desde hace tres años.
“A mí me cuesta trabajo descifrar el pensamiento de cualquier oficial del MININT, de la Policía Nacional Revolucionaria y de los funcionarios políticos zonales, cada vez que ejecutan uno de los tantos desalojos que se realizan en esta zona contra ciudadanos indefensos, a los que abandonan a su suerte, siguiendo las ordenanzas del Estado”, confiesa Guillermo.
Y es comprensible lo que expresa, ya que la constante propaganda del gobierno a todos los niveles, siempre ha manifestado que en Cuba, desde que llegó la Revolución, se acabaron los desalojos.
Guillermo es natural de Villa Clara, pero por más de treinta años sobrevivió en un hogar en Prado y Colón, que finalmente colapsó tras un derrumbe donde estuvo a punto de perder la vida. Fue entonces que los funcionarios de la Vivienda en este municipio lo enviaron al albergue El Roble, sito en Guanabacoa. Pero según él, las pésimas condiciones de vida en aquel recinto lo obligaron a rechazarlo, y prefirió andar deambulando por las calles, hasta que encontró este local vacío que restauró con sus propios esfuerzos, sin que nadie hasta ahora le dijera nada.
Luego, Guillermo conocería a Rogelio Sordo Herrera, natural del municipio Mantua (de la occidental provincia de Pinar del Río), que mendigaba por las calles habaneras, y decidió darle abrigo en su casa a Rogelio, quien, habiéndose quedado sin hogar al separarse de la madre de sus hijos, tuvo que abandonar el cuartico de 4 x 4 en que vivía.
Aparece el artista
Desde principio de este año, ambos tuvieron la suerte de conocer al artista cubanoamericano de la plástica, Glexis Novoa, invitado a participar en la duodécima Bienal de la Habana, y quien precisamente tuvo su emplazamiento para exponer sus obras en un terreno que colinda con la casa donde habitaban Guillermo y Rogelio, muy cerca del malecón habanero.
Tras la culminación del evento en junio de este año, ambos se convirtieron en protectores y divulgadores de “Espacio al vacío”, nombre de la obra artística expuesta en la Bienal por Novoa, y que hasta hace unos días la visitaban cubanos y turistas extranjeros.
Rogelio y Guillermo, en el parque donde duermen (foto del autor)
Tal fue el aprecio del artista por la labor de estos hombres que Guillermo asegura le dedicó un ejemplar del libro Paiting On Canvas (Pinturas en Lienzo), que recoge parte de la obra de Glexis. En su primera página, fechado el 27 de mayo del 2015, se lee: “Para mi querido amigo Guillermo, un hombre de palabra y un gran corazón. Muchas gracias por tu inapreciable ayuda, y por tu amistad. Agradecido y orgulloso de tu amistad”.
Ante la admiración que sienten ellos por el artista cubano-estadounidense, intentamos conocer vía email la impresión del pintor, residente en Miami, sobre el desalojo perpetrado a sus conocidos, pero hasta este momento no se ha obtenido respuesta.
Según Guillermo y Rogelio, el desalojo al que fueron sometidos, y por consiguiente, el cierre de la obra “Espacio al vacío”, de Novoa, que estaba bajo cuidado de ambos, se debe al interés de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) por retomar el proyecto de construcción de un hotel en ese lugar.
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Glexis Novoa trabajando sobre la pared donde expuso durante la Bienal (foto tomada de Internet) -
El libro que recoge parte de la obra de Novoa (foto del autor) -
Este fue el sitio escogido por Glexis Novoa para exponer (foto del autor) -
El pequeño local de donde fueron desalojados Rogelio y Guillermo (foto del autor)
Via:: Cubanet