Un descanso, pero no forzoso por favor

En esas estaba yo, en poder descansar un poquito, cuando aparecieron los datos del paro de septiembre, los rostros de los recortes, la pequeña historia (en radio 60 segundos son una eternidad) de una funcionaria del Inem que relataba cómo un parado había estallado en llanto en la mesa de su oficina, el juez de la Audiencia Provincial de Murcia, un reincidente en puntas del iceberg que esconden bajo aguas heladas machismo e ignorancia, por mucha carrera de judicatura que haya detrás. Es cuestión de Cultura y Educación: no confundir con conocimientos teóricos de una materia sesuda. Y ahí estaba yo, decepcionada como buena parte de este Primer Mundo que me sirve de contexto porque el nuevo iPhone 5 no ha sido tal, sino una mejorada versión del que ya había. No ha sido extraplano, ni tiene teclado láser, ni siquiera display olográfico. Este parece ser el gran problema del Primer Mundo el día siguiente de su presentación. Las acciones de Apple bajaron, aunque más tarde volverían a subir, de la misma manera que también bajó el Ibex 35 ante la perspectiva de una recesión en España, la recurrente crisis griega, el nuevo castigo de la agencia Moody’s a Italia y los datos del paro malos por lo de siempre, aunque este año resulte paradójico que se achaquen el subidón al despido de los camareros y personal de hotel que no se contrató en su día. En septiembre, el paro ha subido en 95.817 personas, pero es que en junio el número de parados sólo bajó en 67.858 personas, en julio lo hizo en otras 42.059, pero en agosto dio un respingo con 51.185 parados más. Así no hay cuentas que salgan y eso que ahora se puede fichar a través de Internet sin necesidad de acudir a la oficina del Inem. Así las colas no afean las calles, ni se producen aglomeraciones que entorpecerían el paso de los coches oficiales ni se forman grupos extraños que, en contacto unos con otros, podrían reaccionar.