En realidad, de lo que se trata es de realizar el sorteo que designará a los Presidentes y vocales de cada Mesa, que, conforme a lo dispuesto en el art. 26.4 de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General, "... saldrán de entre la totalidad de las personas incluidas en la lista de electores de la Mesa correspondiente, que sepan leer y escribir y sean menores de setenta años, si bien a partir de los sesenta y cinco años podrán manifestar su renuncia en el plazo de siete días. El Presidente deberá tener el título de Bachiller o el de Formación Profesional de segundo Grado, o subsidiariamente el de Graduado Escolar o equivalente".
Posteriormente, a las 11 de la mañana, estoy convocado a una reunión del Consejo de Administración de "Radio Ibi, Emisora de Frecuencia Modulada, S.L.", para proceder a la formulación de las Cuentas Anuales correspondientes al ejercicio 2010. Conforme a lo dispuesto en la Ley de Sociedades de Capital, esas cuentas se tenían que haber formulado antes del 31 de marzo, pero ya sabemos el poco empeño que se pone en nuestro Ayuntamiento a la hora de cumplir con los plazos legales (no los cumplen ni por equivocación). En días sucesivos, si tengo tiempo, contaré lo que dicen las cuentas de Radio Ibi.
Y seguramente sin solución de continuidad, a las 12 celebraremos otra sesión de Pleno, esta vez "extraordinaria y urgente", para decidir sobre una única cuestión: "Aprobación de la forma de gestión directa del servicio del Teatro Río". Sobre este tema ya escribió algo hace unos días mi compañero Nicolás, por lo que a su blog me remito, no sin antes insistir en el absurdo que se nos propone: encargar a PROMOIBI la gestión de algo que ya está completamente decidido (actuaciones, fechas, precios, condiciones, etc.).
De lo que también me apetecía hablar hoy es de lo que ocurrió tal día como hoy en 1986, cuando el reactor nº 4 de la central nuclear de Chernóbyl estalló y provocó una de las mayores catástrofes nucleares de la historia. Concretamente, me interesa recordar a los que el blog de Yuri denominó "Los tres superhéroes de Chernóbyl", Ananenko, Bezpalov y Baranov, de quienes se dice que salvaron a Europa o al menos a algún que otro millón de personas en miles de kilómetros a la redonda un frío día de abril. Fueron a la muerte conscientemente, deliberadamente, por responsabilidad y humanidad y sentido del honor, para que los demás pudiésemos vivir. Es un estremecedor relato que hoy, tras lo sucedido en Japón, conviene releer.