Mañana es un día clave. Y, como sé que mañana no podré escribirlo, prefiero dejarlo escrito hoy. Aunque, bien pensado –o pensado, simplemente–, quizá anticiparse a los acontecimientos traiga mala suerte. O puede que la mala suerte venga dada simplemente por creer en ella. Es que últimamente sueño con bodas y resulta que, con lo bonito que es ir vestida de blanco aunque una sea del Atleti, he leído que es de mal augurio.
Al grano. Mañana es un día clave porque Germán San Nicasio, mi mejor amigo y uno de los mejores escritores que conozco –y no lo digo por la primera de las afirmaciones, vive Dios– presenta su tercera novela, La cárcel de Jackson Pollock.
Estoy intentando preparar un discursito a la altura, pero no me sale. Aunque me pusiera tacones a lo Leti, no podría estar a la altura de Germán –y eso que no es Gasol–.
Porque Germán se ha superado con esta peculiar cárcel, un retrato lírico y profundamente visceral de un pintor que se encuentra ante el reto asfixiante e ingrato de la creación, que tiene que lidiar con sus fantasmas, con sus miedos, con sus inseguridades, domeñar la tiranía del color, rasgar acaso lienzos que le oprimen, rebozarse en la locura de una idea que ronda su cabeza pero no termina de conquistar el trazo de sus pinceles.
Con un nuevo lenguaje, más rotundo, y una técnica más depurada y algo más innovadora, Germán no deja indiferente a quienes caen presos de su cárcel. Los atrapa entre los barrotes de una prosa descarada y al mismo tiempo metafórica, cuajada de citas, de referencias pictóricas, de pasajes que suenan a retazos de vivencias propias... de sueños, de talento, de carencias, de equivocaciones, de genialidades... Del arte y sus fantasmas.
Pero no quiero seguir escribiendo. No quiero, no vaya a ser que mañana cuente lo mismo que he escrito hoy y haya quien diga que ya no valgo ni para plagiarme a mí misma –que, por otro lado, es lo que hago cada vez que pongo el pie en el suelo, e incluso cuando me meto en la cama–. Sólo quiero quedarme con una de las muchas frases brillantes que regala la prisión sannicasiana:
"En general hay dos tipos de personas: las que son incapaces de dominar sus fantasías y las que son incapaces de fantasear con nada".
La cárcel de Jackson Pollock, de Germán San Nicasio (editado por Eutelequia –una gran apuesta de la que os hablaré otro día, abanderada por mi ya buena amiga Clea Moreno–), se presenta el lunes 26 de septiembre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, a las 19 horas.