Un día como voluntario en Cortegada

Por Aworldtotravel

El voluntariado tiene un montón de posibilidades y formas. Cada una, con sus conexiones para viajar. Esta es sólo un pequeño ejemplo.

Cortegada es una pequeña isla, 1km x 500m, a unos 200 km de mi casa, en Galicia. Está en la ría de Arousa, y forma parte del Parque Natural de las Islas Atlánticas. No hay restricciones para entrar, pero cruzar el pequeño canal que la separa del continente puede ser un salto insuperable. Este año, como en años anteriores, el gobierno regional ha convocado plazas de voluntarios. Las solicitamos, y allá nos fuimos.

A las doce de la mañana éramos ocho personas en Carril, con dos periodistas, la comida y los utensilios, los que estábamos esperando por el transporte, que resultó ser una lancha neumática, la ‘Corbeiro’ (hacedor de cestas, en gallego), nombre semejante a la punta norte de la isla, punta Corveira, esta vez, debido a los cuervos. El corto estrecho, pasable en marea baja con buen tiempo, fue la primera impresión favorable. La previsión del tiempo indicaba temperaturas de hasta 31ºC, pero una leve neblina dejó la temperatura algo más baja, con el sol atenuado, mientras el pueblo de Carril, en fiestas, nos decía hasta pronto con el sonido de la banda de música mientras un suave aire refrescaba nuestras caras con el movimiento de la lancha.

Una pequeña charla sobre parques naturales, la historia de la isla (antiguamente habitada, los edificios están derruídos, fue propiedad real, …) y su flora (por ejemplo, la pequeña isla tiene uno de los mayores bosques de laurel de Europa) y también sobre las especies invasivas a erradicar: Robinia pseudoacacia (Locus negro), Tetragonia tetragonioides (espinaca de Nueva Zelanda) o Conyza canadensis (cola de caballo Canadiense). También fueron explicados otros detalles, como la potabilidad del agua.

Una vez que se repartieron los guantes, camisetas y bolsas de basura, y la documentación fue rellenada, comenzó el trabajo con las plantas invasivas.

No fue gran cantidad de tiempo de trabajo, representando sobre la mitad del tiempo que el equipo pasó en la isla. El resto del tiempo fue dedicado a comer, descansar (el agua de la ría estaba maravillosa para pegarse un chapuzón y nadar un poco), y pasear alrededor con nuestro guía informándonos sobre todas las cosas de la isla. Tiempo para sacar fotos, dibujar, pensar, sentir la naturaleza.

El tiempo pasó, después de comer y descansar, dejé de escribir y dibujar y retornamos al juego de la vida colaborando en la limpieza de la isla. Recogimos gran cantidad de plásticos y también arrancamos una importante cantidad de plantas.

El guarda es una personas amistosa. Vino con nosotros guiándonos, controlándonos y explicándonos. Su distribución del trabajo y enseñanza sobre la naturaleza nos dejó motivados (más!)

Mientras esperábamos la lancha para retornar, pude ver en las montañas del fondo como los aerogeneradores producían electricidad. En la isla, el punto más alto tien 16 m de altura. Cerca hay varios islotes más, bastante más pequeños, y más protegido por la figura del Parque Natural. Y cerca también, el puerto de contenedores de Vilagarcía … la isla está en el centro de un pequeño universo.

Las siete. Vemos venir la lancha a recogernos. En cinco minutos estaremos en el continente, un pueblo en fiestas nos recibirá… Es hora de valorar la labor de voluntariado. Decir sólo que ha impresionado a todo el equipo participante.

Photo credits: 1 , 2 , Antonio Gregorio