Otra vez en el punto de partida.
Vuelvo de nuevo a la casilla de salida, sólo que ahora son mis barbas las que se juegan en la partida. Una apuesta que cubrir, una batalla más que dar, una esperanza que ganar. Un futuro desafiante que me exorta a conquistarle para continuar en la ruta del mismo modo que se ciñe grave y oscuro a mis espaldas. "!Tranquilo chico!", me digo, "solo es cuestión de tiempo que surja algo de trabajo estable."
Del pasado hasta ayer sólo he hecho trabajar como un asno, apretar los dientes y tragar saliva, todo ese largo tiempo. Demasiado tiempo. Alguna vez creí que habría justicia y recompensa a mi sacrificio ...!que equivocado estuve!.
Ahora solo busco aquí y allá donde conseguir algo de dinero. Puedo ver la luz al final del túnel de mi Magnum 44. Trabajo temporal, a media jornada y mal pagado ...como todo lo que se puede encontrar hoy en día ...!pero trabajo!.
No resulta fácil conciliar el sueño sabiendo que te espera un nuevo día para vagar por la ciudad con el halo oscuro del silencio y la mente puesta en conseguir algo de pasta. Pero ya me acostumbraré, la rutina puede con todo. Si durante quince años soporté la soberbia, la estupidez, la indignidad y el engaño, me haré a esto como se amolda el cuchillo a la mantequilla. Y sobreviviré mientras otros no llegaran para contarlo.
Si me ves aparcar frente a tu portal no me juzgues por mi empleo, es algo temporal. Piensa primero si algún malnacido pudo haberte incluído en el recado.
Y no me crees más problemas, soy enteramente autónomo, !nada tengo que perder!.
El sol entra por las ventanas del motel, despejado, ni una nube sobre el cielo.
Hoy será un aparente bonito día, tan sucio y frío como cualquier otro.
!Mal día para morir!. El peor para darse por vencido.
Suena la cafetera, !hora de marcharse!.
Cuando viajo en mi moto me desplazo mucho más allá del lugar de algún asunto. Subido a ella sueño en partir lejos y dejar atrás una nación en llamas.