Un día cualquiera vivo

Por Mda

Lo primero: desmoronar con furia
La destrucción del tiempo.
Tomar como a una mujer las calles
Y arrojar jazmines que se renuevan cada día.
Cantar, aunque la voz esté ronca y dolorida.
Como está mi mano con este bolígrafo,
Que alguien me prestó con la misma entrega
Que yo quiero regalar ahora.
Y regalar palabras.
Conversar con ese desconcierto que asusta.
Rejuvenecer a la senectud, madurar a la juventud.
Y tenerte presente.
Existes en mis versos desdoblados,
Que algún día serán tuyos por completo.
Lo último: desmoronar con furia
La destrucción del tiempo.
Ver caer los días como sidra chorreando.
Resucitar a todos los gatos que yacen
Atropellados por la inmundicia de esta ciudad.
Que el día que te pares sea así: corazón.
Lauren García. “Versos como sangre hirviendo”. Editorial Verbum, 2005.