Una decisión lógica de un candidato que ha visto como no tiene apoyos para continuar ocupando La Moncloa, por lo que no concurrirá a la investidura. Algo que ha molestado mucho a los socialistas, como dejó patente el limitado César Luena en una rueda de prensa vespertina. Una “jugada de maestra” de Mariano Rajoy que deja campo abierto a Pedro Sánchez en su intento por llegar a Presidente, pero con menos tiempo del que él esperaba. Por eso esta decisión de Rajoy ha sentado tan mal a la actual dirección socialista, porque Pedro Sánchez contaba con el plazo de la investidura del popular para ir negociando con Podemos, nacionalistas, separatistas y demás pelaje, y con los barones del PSOE que se han manifestado contrarios a los pactos que pretende su Secretario General. Porque entre los socialistas hay muchos afiliados recelosos de las amistades que pretende Pedro Sánchez, algo que ayer se acrecentó tras las declaraciones de Pablo Iglesias, en las que pretende imponerse de vicepresidente y reclama para Podemos una serie de carteras ministeriales, añadiendo, además, que “la posibilidad histórica de ser presidente de Pedro Sánchez es una sonrisa del destino que me tendrá que agradecer”. Y es que lo que ayer hizo Pablo Iglesias fue otra “jugada maestra”, pues si el PSOE acepta la oferta de los podemitas estos caerán en su trampa y si el PSOE se niega y llega a acuerdos con Ciudadanos y PP, Podemos dirá que los socialistas no han querido un pacto de izquierdas (o de progreso como lo llaman ellos). ¡Menuda papeleta la del PSOE! Visto lo visto, lo que parece en estos momentos más positivo para España es que se celebren nuevas elecciones. Y que los españoles vuelvan a decidir.
Una decisión lógica de un candidato que ha visto como no tiene apoyos para continuar ocupando La Moncloa, por lo que no concurrirá a la investidura. Algo que ha molestado mucho a los socialistas, como dejó patente el limitado César Luena en una rueda de prensa vespertina. Una “jugada de maestra” de Mariano Rajoy que deja campo abierto a Pedro Sánchez en su intento por llegar a Presidente, pero con menos tiempo del que él esperaba. Por eso esta decisión de Rajoy ha sentado tan mal a la actual dirección socialista, porque Pedro Sánchez contaba con el plazo de la investidura del popular para ir negociando con Podemos, nacionalistas, separatistas y demás pelaje, y con los barones del PSOE que se han manifestado contrarios a los pactos que pretende su Secretario General. Porque entre los socialistas hay muchos afiliados recelosos de las amistades que pretende Pedro Sánchez, algo que ayer se acrecentó tras las declaraciones de Pablo Iglesias, en las que pretende imponerse de vicepresidente y reclama para Podemos una serie de carteras ministeriales, añadiendo, además, que “la posibilidad histórica de ser presidente de Pedro Sánchez es una sonrisa del destino que me tendrá que agradecer”. Y es que lo que ayer hizo Pablo Iglesias fue otra “jugada maestra”, pues si el PSOE acepta la oferta de los podemitas estos caerán en su trampa y si el PSOE se niega y llega a acuerdos con Ciudadanos y PP, Podemos dirá que los socialistas no han querido un pacto de izquierdas (o de progreso como lo llaman ellos). ¡Menuda papeleta la del PSOE! Visto lo visto, lo que parece en estos momentos más positivo para España es que se celebren nuevas elecciones. Y que los españoles vuelvan a decidir.