Edición: Narval, 2011
ISBN: 9788493938123
Páginas: 32
Precio: 15 €
Toc, toc, llama el cartero. Un paquete inesperado. ¿Qué será esta vez: una novela de terror, la tercera parte de una saga que no sigo o tal vez un manual para prevenir enfermedades? Los envíos sorpresa no suelen acertar con mis gustos, no. Pero en esta ocasión he recibido algo bonito:
un cuento infantil ilustrado. No tengo hijos ni sobrinos ni primos que puedan disfrutar de estas cosas, aunque para niña ya estoy yo, que se me cae la baba con estas creaciones tan bonitas. Porque
Un día de pasos alegres es un relato hermoso, visual y textualmente. ¿Os animáis a seguir leyendo para conocerlo un poco más?
Se trata del sexto álbum de la ilustradora sevillana Raquel Díaz Reguera (1974), de la que, a juzgar por su biografía, me atrevo a decir que es una persona muy creativa: licenciada en Bellas Artes, escribe y dibuja desde su infancia, pero no solo eso, sino que también compone letras de canciones para artistas de la discográfica
Universal Music Publishing e incluso forma parte del grupo musical Maldeamores. En el ámbito de la ilustración, el mayor reconocimiento que ha recibido hasta el momento ha sido el Premio Tombatossals de Literatura Infantil Ilustrada de 2011 por
Algo que aprender. De todas formas, el hecho de haber publicado cerca de diez títulos desde 2010 también puede considerarse un éxito, ¿no creéis?
No cabe duda de que el currículo de la autora es curioso o, como mínimo, atípico al lado del de los escritores a los que suelo leer. En cualquier caso, no me hizo falta leerlo para darme cuenta de que
Un día de pasos alegres rebosa creatividad e imaginación, tanto en las palabras como en las magníficas imágenes que las acompañan. El argumento gira en torno a
una niña llamada Martina y las acciones (los «pasos») que hace a lo largo de un día: se ha puesto sus botas de pasos alegres, el Sol le ha regalado un pequeño rayo, ha plantado unas semillas en el patio del colegio… Escenas cotidianas en la vida de cualquier niño, contadas desde una mirada imaginativa que muestra el lado encantador de aquello que vemos siempre.
La historia de Martina no llega a un punto álgido ni a una moraleja; tan solo plasma esos pasos, que contienen
normalidad con una pizca de fantasía. Teniendo en cuenta que no puedo compararlo con obras similares porque desconozco este mundo,
Un día de pasos alegres me ha parecido
un cuento poco convencional, impregnado de un aire soñador que en mi opinión es su mayor logro. Según explica la autora en
su blog, lo escribió del tirón un 1 de enero, en un momento de inspiración; no me sorprende, puesto que a lo largo del libro se mantiene el mismo tono agradable y poético, sin altibajos. A propósito del tema, aunque sume treinta páginas su extensión en palabras es mucho menor, ya que solo hay un pequeño párrafo en cada una. Esto último me hace pensar que puede ser apto para pequeños lectores: me los imagino leyendo con un adulto al lado, comentando aquello que les ha hecho más gracia y observando detenidamente las ilustraciones.
Ah, ¡las ilustraciones! Lo más llamativo de cualquier álbum, por supuesto. Nuevamente me tengo que disculpar por desconocer este campo y carecer de conocimientos para realizar un buen análisis (aunque con los
Besos de Roger Olmos y la
Blancanieves de Benjamin Lacombe empecé a practicar); aun así, sí que puedo deciros que predominan los tonos cálidos, que Raquel Díaz Reguera tiene un estilo muy particular para los rostros (carecen de la belleza celestial de las creaciones de Benjamin Lacombe o Nicoletta Ceccoli, pero tienen, cómo decirlo,
personalidad) y que en general dibuja formas de grandes dimensiones, sin pararse demasiado en los objetos pequeños.
Las ilustraciones son tiernas, coloridas y bonitas (me encantó ese Sol afectuoso), y además las páginas están totalmente a color, sin espacios en blanco para el texto (un aspecto que valoro, puesto que para mi gusto una parte en blanco rompe la magia de la imagen). En general, la edición está muy cuidada, con encuadernación de tapa dura y papel de calidad.
En definitiva,
Un día de pasos alegres es un cuento ilustrado hermoso,
una historia imaginativa que hará soñar a los pequeños y dejará con una sonrisa en los labios a los adultos (y al revés). No marcará un antes y un después en el mundo de la ilustración, pero me ha parecido bello y cuidado, una composición que vale la pena leer y releer. ¿Inconvenientes? Se hace demasiado corto, Martina podría haber dado algunos pasos más; en cualquier caso, no importa, porque las magníficas ilustraciones compensan la brevedad del relato. Me ha gustado conocer la obra de Raquel Díaz Reguera y no me importaría volver a encontrarme con una publicación suya: estoy segura de que me sorprendería de nuevo con su peculiar representación del mundo en el que vivimos. Y vosotros, ya sabéis: si tenéis algún niño cerca o simplemente sois adultos con la sensibilidad suficiente para disfrutar de un álbum ilustrado, daos una vuelta por la
web de la autora y dejaos llevar por el encanto de sus creaciones.