Un día en Universal Studios

Por Viajaelmundo @viajaelmundo

Sin duda, la fórmula de Universal Studios ha funcionado, sin importar cuántos años pasen. Al cruzar ese umbral, después de la casi obligada foto con el planeta que tiene el logo de Universal, se abre paso a un mundo en el que todo es mentira, pero divertidamente cercano y cierto.

Recuerdo haber visto hace 20 años, la fachada de Nueva York y salir corriendo a tomarme una foto en esa pared falsa, pero tan real, al final de una de las calles del parque. Ese fondo de Manhattan sigue ahí, provocando el mismo efecto, pero ahora cortejado por un tramo de la Hollywood Ripe Ride Rockit, una de las montañas rusas más atractivas -y una de las que más me gustó- sobre todo por su subida de 90 grados que te hace sentir rarísimo, para luego caer a toda velocidad y hacer un recorrido de 1200 metros.

Lo bueno de estar en Universal es que va cambiando de esquina a esquina. Tiene una mezcla entre una decoración que parece que no cambiará nunca, con una tecnología tan avanzada que sorprende en simuladores como DIsaster, Shrek 4D, La Momia o Men In Black. El show de Twister sigue estando ahí, aunque ya casi nadie recuerde la película y se haga poca fila para entrar; parece que ya ni susto da. Mucho más años tiene la atracción de E.T. pero sigue siendo una de las más buscadas.

El día de nuestra visita -y digo nuestra porque fui con amigos- coincidió con la parada de Mardi Gras y un concierto de Kelly Clarkson al final de la noche. No alcancé a tomar alguna foto decente del momento, pero ella se escuchó increíble. Lo de Mardi Gras nos acercó a New Orleans y a ese sonido de saxofón que tanto adoro, durante todo el día. Se respiraba una emoción que parecía provenir de otro lugar y que nos hizo agolparnos a todos para ver pasar las carrozas, escuchar la música y tratar de agarrar del aire algún collar o un medallón, para llevarlo de recuerdo.

El City Walk, un paseo lleno de restaurantes y tiendas antes de entrar al parque, es más bonito de noche que de día y para mí funciona como una suerte de descanso. Vas caminando por allí, sin prisa, descargando la adrenalina del día y dejándote llevar; y esa es la ruta que tomamos de vuelta ya con el cansancio metido en el cuerpo.

Los parques están hechos para disfrutarlos, por eso me parece bien la opción de comprar un ticket (por 135$) que dará acceso para estar en Universal Studios un día y otro en Island of Adventure, que está al lado. Si llegan temprano y tratan de hacer el recorrido en orden, que no es difícil porque el mapa es casi circular, da tiempo para hacer lo que provoque, sobre todo en esta época del año que no es temporada alta y podemos repetir las atracciones sin mucho esfuerzo. En verano ya la cosa cambia.

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