Recuerdo haber visto hace 20 años, la fachada de Nueva York y salir corriendo a tomarme una foto en esa pared falsa, pero tan real, al final de una de las calles del parque. Ese fondo de Manhattan sigue ahí, provocando el mismo efecto, pero ahora cortejado por un tramo de la Hollywood Ripe Ride Rockit, una de las montañas rusas más atractivas -y una de las que más me gustó- sobre todo por su subida de 90 grados que te hace sentir rarísimo, para luego caer a toda velocidad y hacer un recorrido de 1200 metros.
El día de nuestra visita -y digo nuestra porque fui con amigos- coincidió con la parada de Mardi Gras y un concierto de Kelly Clarkson al final de la noche. No alcancé a tomar alguna foto decente del momento, pero ella se escuchó increíble. Lo de Mardi Gras nos acercó a New Orleans y a ese sonido de saxofón que tanto adoro, durante todo el día. Se respiraba una emoción que parecía provenir de otro lugar y que nos hizo agolparnos a todos para ver pasar las carrozas, escuchar la música y tratar de agarrar del aire algún collar o un medallón, para llevarlo de recuerdo.
Los parques están hechos para disfrutarlos, por eso me parece bien la opción de comprar un ticket (por 135$) que dará acceso para estar en Universal Studios un día y otro en Island of Adventure, que está al lado. Si llegan temprano y tratan de hacer el recorrido en orden, que no es difícil porque el mapa es casi circular, da tiempo para hacer lo que provoque, sobre todo en esta época del año que no es temporada alta y podemos repetir las atracciones sin mucho esfuerzo. En verano ya la cosa cambia.
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