Aún así hoy tenemos por delante un día bastante largo y eso que es nuestro último día en Kyoto antes de regresar a Tokyo para continuar con nuestro viaje. El primer consejo si queréis ver muchas cosas en Kyoto es que compréis un pase diario para el autobús, no es barato, pero tampoco tiene un precio prohibitivo y os hará ir más tranquilos. Hay que recordar que en Kyoto, al igual que en otras ciudades de Japón, aunque no en todas, se entra en el autobús por la puerta de atrás y se sale por la de delante, se paga al salir y has de hacerlo con el importe exacto, aunque también cuentan con máquinas de cambio dentro del autobús ya que el conductor no toca el dinero.
Comenzamos el día temprano, llevamos las mochilas a la estación de Kyoto donde las dejaremos en las taquillas de la primera planta (las que están más cerca de la entrada al Shinkansen) mientras aprovechamos nuestra visita en nuestro último día en Kyoto. Volvemos a salir del edificio de la estación de Kyoto que nos sigue pareciendo majestuoso y nos dirigimos a la dársena de los autobuses donde tomaremos el número 5 que nos llevará a nuestro primer destino del día, el Ginkakuji Temple más conocido como Templo de Plata.
Nos bajamos del autobús no muy lejos del Ginkakuji Temple, lo justo para dar un pequeño paseo y disfrutar de los alrededores antes de llegar al templo. La calle de subida hacia el templo es muy bonita y entrañable, llena de tiendas y puestos donde comprar recuerdos o donde comprar algún refresco, pues aunque es temprano el calor empieza a hacer acto de presencia con fuerza. Llegamos arriba de la calle donde se encuentra la entrada al templo, pagamos la entrada y nos dirigimos hacia dentro para disfrutar de este magnífico templo y sus
Una vez hecha esta visita nos dirigimos de nuevo por la calle hacia abajo hasta el cruce donde habíamos visto que indicaba hacia El paseo del filósofo o Tetsugaku no Michi. Este paseo es peatonal y va paralelo al canal que se ve desde el cruce. Te lleva desde Ginkakuji Temple hasta Nanzen ji, aunque nosotros no lo hicimos entero e hicimos nuestra propia variación, como siempre. Este paseo se llama así debido a Nishida Kitaro, filósofo y profesor de la Universidad de Kyoto. Toda esta zona es muy tranquila, rodeada de cerezos que suponemos en su época de floración harán de este paseo un espectáculo único.
Salimos de los jardines por el lado contrario al que entramos y tomamos un autobús que nos llevará hasta Nijo Castle.
Desde aquí tomamos otro autobús (no diréis que no estamos aprovechando el pase diario) que nos llevará hacia la visita más esperada del día, el fantástico Kinkakuji Temple con su Golden Pavilion, algo que sin duda nadie debe dejar de visitar en una visita a Kyoto. El templo está enclavado dentro de un parque precioso, dado la hora que es hay mucha animación y mucha gente por el parque, nosotros aprovechamos para sentarnos a beber algo fresquito a la sombra antes de entrar a ver el templo. El día está siendo muy caluroso y no hay que olvidarse de hidratar bien el cuerpo.
Tras el merecido descanso nos dirigimos a las taquillas para sacar nuestros tickets y visitar por fin este maravilloso templo que tantas ganas tenemos de visitar. Nada más entrar te encuentras con un empleado que te indica que gires a la derecha para así poder observar plenamente el pabellón dorado, sin duda el atractivo principal del templo. Todo el pabellón está rodeado por un lago que a su vez es recorrido por el camino que puedes llevar en tu visita, lo que te da la opción de ver el pabellón de oro desde varios puntos de vista. El edificio es magnífico, dorado y precioso, no desencanta nada con lo esperado, más bien todo lo contrario. Continuamos la visita por los jardines y cuando vamos llegando a la salida vemos una cafetería muy entrañable donde hay varias personas tomando el te y varias tiendas de recuerdos donde poder comprar amuletos entre otras cosas.
Nuestro tiempo se va acabando, así que decidimos salir nuevamente hasta la avenida principal donde tomaremos un autobús express que nos llevará a la estación de Kyoto en unos minutos. Al ir llegando a la estación observamos de nuevo el magnífico edificio y la cercana torre a modo de despedida de esta ciudad tan entrañable que tanto nos ha gustado. Bajamos del autobús y dirigimos nuestros pasos a uno de los supermercados cercanos donde compramos algunas provisiones para el viaje, pues ya llegaremos a Tokyo pasada la hora razonable de cenar. Tras la compra nos dirigimos a las taquillas a recoger las mochilas y nos dirigimos a las puertas de salida del Shinkansen donde utilizaremos nuevamente nuestro JRPass para regresar a Tokyo en dos horas y media.
Sin duda Kyoto aúna tradición y modernidad y es una visita obligada en todo viaje a Japón a la que hay que dar como mínimo 2 días completos para poder observar sus maravillas.