Un día perfecto en PALERMO

Por Constanza @lamaletadecon
Un día perfecto en Palermo tiene que comenzar por fuerza callejeando por sus entrañas de modo de coger inmediatamente sus esencias, su alma decadente, su alegría oscura, su suciedad endémica, su belleza superviviente. Es para mí la ciudad italiana más fascinante, la única capital que ha sido capaz de convertir su descuido en atractivo, su ritmo trepidante en una música ambiental que te entra por las venas y automáticamente te convierte en uno más de su alborotada locura.
Este articulo es parte de la guía 100 cities donde intercambiar casas antes de morir con Knok .
Empieces por donde empieces tu itinerario, en tu día ideal debes comenzar a caminar por el centro histórico, pero no por las avenidas principales sino por sus calles adyacentes que es donde captas ese espíritu de la ciudad, esa alma grandiosa venida abajo. Entonces te recomiendo que busques los ejes de la via Vittorio Emanuele  con Vía Maqueda, desde ese punto trazamos una cruz desde la que recorreremos la ciudad en 24 horas.

Una plaza adyacente a la vía Vittorio Emanuele




CALLEJEAR
Yo comenzaría caminando Maqueda hacia la estación de tren , y me metería por Vía del Ponticello, dejándote llevar; porque camines por donde camines, te encontrarás palacios señoriales, iglesias que recogen el período bizantino, el normando,el  renacentista, y el barroco. Si buscas la calle Ballaró desembocará en diagonal en el Mercado della Vucciria, un lugar que viene en todas las guías , pero que en efecto es de un pintoresquismo tremendo, como todos los mercados sicilianos. Inspiración de grandes artistas locales como el pintor Guttuso, el mercado te brindará la oportunidad de charlar con la gente, de ver cómo se gestionan los productos básicos de la alimentación de este lugar, un tema que no pasaremos por alto en esta reseña.




Desde ahí buscaría vía Roma que sale desde la estación de tren, para hacer un poco de shopping, y elijo esta calle, porque podrás ver intercaladas con las grandes cadenas de ropa internacional, muchas tiendas locales, y otras de franquicias italianas.
UN POCO DE MONUMENTOS
QUATTRO CANTICaminamos para reencontrar el Corso Vittorio Emanuele, volver a nuestro punto de encuentro que es la esquina con la vía Maqueda. En este punto podemos apreciar la esquina de los Quattro Canti, una plaza octogona en esa esquina que es un espacio que remeda la esquina de las Quattro Fontane de Roma. Es un claro ejemplo del Barroco siciliano y fue mandada a construir por el Virrey Juan Fernández Pacheco de Villena al arquitecto florentino Giulio Lasso en 1606 . Todos los edificios de las cuatro esquinas terminan en forma cóncava albergando en cada planta una estatua a las 4 patronas de Palermo, a los 4 Reyes Españoles que gobernaron Sicilia, y a las 4 estaciones.
PIAZZA PRETORIATambién llamada Plaza de la Vergüenza, es una fuente originalmente concebida para ser expuesta en un palacio florentino de Pedro Alvarez de Toledo por el escultor Francesco Camilliani, y no se sabe bien por qué , el hijo termina vendiéndola al senado siciliano que la instala en su emplazamiento actual. Rica en figuras alegóricas, ninfas, monstruos y cabezas de animales, consiguió  tal revuelo en la ciudad cuando se la instaló que se comenta que se escuchaban gritos por toda la ciudad rechazando lo que entonces era una obra tan vanguardista.
Aprovechamos la cercanía para ver la Iglesia de la Martorana. Damos la vuelta al edificio del Ayuntamiento que enfrenta a la Fuente Pretoria, y sobre la Piazza Bellini, encontramos esta joya que es un emblema de toda la superposición de culturas que hay en Sicilia. Es una iglesia de culto católico pero con ríto ortodoxo, y fue construída por artistas bizantinos durante el mandato de Ruggero II. Su construcción responde a la necesidad espiritual de tantos refugiados albaneses que venían de los balcanes y encontraron su hogar en Sicilia. 
CATEDRAL
Antes de almorzar tenemos que hacernos hueco para admirar la joya de la Corona de esta ciudad y que es su Catedral. Y bien dicho está lo de la corona, porque las tres catedrales más importantes de Sicilia (Cefalú, Monreale y ésta) se deben a la rivalidad entre la dinastía de los Reyes Normandos. Cuenta la leyenda que el Rey Ruggero hizo construir  alrededor de 1131 la Catedral de Cefalú, para imponerse en un territorio donde imperaba el Islam. Fue su hijo Guglielmo, el malo, el que mandó a levantar esta maravilla para rivalizar con su padre. A pesar de tener un estilo tan definido por la época, tuvo muchas manos en su construcción y se puede ver perfectamente los arcos del Gótico.

La Catedral de Palermo



El Ábside del Duomo


La Catedral de Palermo es tan bella por fuera, que desilusiona por dentro, su decoración es absolutamente austera en materiales e imágenes. Por eso yo recomiendo girarla toda, verla desde diferentes perspectivas, desde las calles de enfrente, y sobre todo en la parte posterior del altar, es decir, en su ábside. Allí nos quedamos contemplándola, en la Plaza de los Siete Ángeles,  pensando en el esplendor de los siglos que han pasado por sus piedras. Giramos a nuestra derecha y buscamos una callecita que se llama Via Simone di Bologna.
PINTURA Y PINTORESQUISMO SICILIANO
A partir de la esquina, podemos presenciar una muestra de arte costumbrista siciliano de la mano del único pintor de carros  que queda que es Franco  Bettino. Él ha adaptado sabiamente esa técnica para adornar distintos objetos y vehículos y poder vivir de ello.

Con Franco delante de un carro de campo siciliano


A las puertas del taller de Franco


Los cuadros que cuelgan en la fachada del taller de Franco


Réplica de los carros sicilianos convertidos en Souvenir


Es él mismo el que te atenderá, está siempre en su taller, y te muestra su obra con la inocencia y la humildad con que te la muestra un niño. De ese modo, como cualquier turista entró aquí ell año pasado un representante de Dolce & Gabbana  para comprar uno de sus diseños que formarían parte de los estampados de la colección inspirada en sicilia que lanzaron los modistos en la temporada de primavera verano 2013   Su espacio es una caja de sorpresas dónde no sólo puedes encontrar trozos de cueros pintados antiguamente con esta técnica, como colecciones de Puppies Sicilianos (títeres), como réplicas en pequeñito de los “carretti” convertidos así en souvenir. Por visitar su taller y ofrecerte su tiempo, te pide simplemente la voluntad, o adquirir alguno de sus recuerdos. 
COMER
Llegó la hora de almorzar y de detenernos a probar algo de las delicias sicilianas. Ya que a esta hora tenemos prisa para seguir apreciando las maravillas que ofrece esta ciudad, yo sugiero simplemente detenernos en cualquier bar alrededor de la Catedral, desde donde podremos apreciar su fachada, y probar una de los bocados fetiches de su gastronomía y que son sus “arancini”, una especie de croqueta gigante de arroz, que va rellena de ragú o de distintas creatividades culinarias.

Un Arancino relleno de Ragú


CATACOMBA DEI CAPPUCCINI
Aprovechando la cercanía, y porque es uno de los sitios más increíbles de Sicilia, hemos decidido que no nos podemos perder ir a las Catacumbas de los Capuchinos. Caminamos por Vittorio Emanuele hasta cruzar el Arco de la Muralla y tomamos el Corso Calatafimi hasta que se cruza con la Via Capuccini que sale como en diagonal. A unos mil metros, en el Nº1,  te encontrarás en la puerta de un cementerio convencional, pero en una puerta lateral tienes acceso a uno de los sitios más macabros que puedas imaginarte, pero no exento de interés histórico y turístico. En los bajos de la Iglesia Santa Maria della Pace están estas criptas funerarias con cadáveres embalsamados alguno de los cuales yace hace más de quinientos años. Descubiertas en 1599 por los monjes capuchinos, el hallazgo generó tanta curiosidad en la época, que desde entonces se investigó la técnica del mantenimiento de los cadáveres, que procuraba cierta inmortalidad a  personajes nobles . Muy utilizadas entre los ricos, los cuerpos sin vida yacen clasificados por profesiones, clase social o sexo.


Luego de bajar a las entrañas de lo más oscuro de Palermo, llegó la hora de algo fresco y luminoso, de algo que nos endulce la vida, y no es menos que la ruta de los helados. Para mí no hay un día en esta ciudad sin un helado, no hay viaje en que no busque la recomendación de una nueva heladería o de un nuevo sabor inventado por estos maestros en el arte de refrescarnos el paladar.
Y para esto hay dos lugares paradigmáticos: Recupero y Stancampiano. Lamentablemente están muy cerca el uno del otro, por lo cual no cambias barrio ni recorrido, pero ha habido más de una vez en que luego de probar una delicatessen en una, me voy a la otra por otro gusto. La especialidad de Sicilia son los helados de todos los frutos secos que se cultivan en la isla. Paradigmáticos son los de Nocciola y Pistaccio, muchas veces combinadas con otros sabores. Famoso el Nocciolate de Recupero, o el Festival Siciliano de Stancampiano. Qué decir de los helados de fruta, que también son producidos con las frutas de la región, se nota la frescura, y la intensidad del sabor.
Si en cambio eres de los que te empalagas facilmente, puedes preferir las “granitas” (granizadas) pero no tienen nada que ver a las industriales que se venden en el resto del mundo. Están hechas con productos naturales, y tienen una textura, cuyo secreto todavía no se ha patentado. La gracia y originlidad de esta experiencia gastronómica es que has de acompañar cualquiera de estos dos refrescantes productos con el Brioche, un pan semidulce que se parte al medio y lo llenan de helado “a palas”, es decir con la paleta en vez de las escasas bolas que sirven en España. Esto hace que en su manipulación el productos coja su textura justa.

Un brioche con helado


Una vez que hemos reposado a la vez que disfrutado de una tarde palermitana, ya que en cualquiera de estos bares podemos apreciar el transcurrir de sus ciudadanos, volvemos a nuestro apartamento para prepararnos para la noche.
TEATRO MASSIMO
No puedes irte de la capital de Sicilia sin pisar su templos lírico. Porque Palermo tiene el teatro de Opera  más importante y grande de Italia y el tercero de Europa. Construído a finales del siglo XIX en honor al Rey Vittorio Emmanuele II, ha pasado por muchas vicisitudes económico-políticas en cuanto a gestión y mantenimiento. Sin ir más lejos el año pasado sus trabajadores estuvieron en huelga durante muchos meses, pero ya hay un intenso programa de Ópera y Ballet para el otoño 2013 y todo el 2014. De estilo neoclásico, es un monumento paradigmático de la capital Siciliana que no puedes pasar por alto. Si no coincide tu visita con algún espectáculo de interés, la Plaza Verdi, donde se encuentra es un buen lugar para empezar tu recorrido por la noche. Está muy ambientado en los alrededores, y te sugiero que comiences por la calle Salvatore Spinuzza, donde podrás comenzar con buenos aperitivos y continuar la noche.

Teatro Massimo


Así acaba nuestro día ideal en Palermo con la pena de no haber visto un montón de cosas, entre ellas una pequeña escapadita a Monreale, el Palacio de los Normandos, o haber visitado sus museos.