Un directivo debe apropiarse de lo ya heredado

Por Carlosfernandez
Antes de caminar se aprende a caer, primero nos nacen y luego nacemos, después se descubre que todo es anterior y más grande. Nacemos perdiendo y somos deudores de una muerte segura a la naturaleza. Después de recibir como humanos, todo o casi todo a cambio de nada, y ya crecidos, debemos partir por el mundo, pagando lo que usamos, haciéndonos grandes, como la sombra que pretendemos cobije nuestros pasos.
Después de ser grandes nos podemos hacer fuertes y un Líder debe reconocer que la grandeza de un dirigente no se puede producir sin la maestría, de otros, donde él se construyó como discípulo. Un líder puede no llegar a conseguir maestría. Se puede ser directivo sin maestría, sin embargo en todo Maestro hay una Escucha que Lidera, un no hacer que es acción y la posibilidad de un estilo singular.
Hay diferentes estilos de liderazgo y dirección. Lo que mejor funciona es la tolerancia, perseverancia y discreción. No es tanto lo que dice sino cómo lo dice, no es tanto lo que dice sino lo que hace, no es tanto ser el mejor sino que hay alguien mejor.
Después de “ser grandes” en diferentes batallas imaginarias, (donde lo victorioso consiste en salir ileso) y ya con alguna formación académica y estudios, el trabajo será la plataforma definitiva desde la cual poder empezar a vivir, separados del primer amor, las primeras caricias y el inolvidable “engaño” de no ser ni únicos ni los más grandes.
Recién aprendemos las decepciones del caer y levantarse, una hombría diferente cada puesta de sol habrá de construirse. Hombría como la capacidad de amar y trabajar para más allá de lo que cada uno precisa en el orden de necesidades básicas. Ahí será importante diferenciar necesidad, demanda y deseo, porque los humanos nos movemos por dinero y por afectos.
Del Libro FÚTBOL Y PSICOANÁLISISAutor: Dr. Carlos FernándezNº de Reg. Prop. Intelectual: 6190/2010