Un docena de bebidas en tu recorrido vital

Publicado el 29 junio 2013 por Molinos @molinos1282

¿Qué has bebido en tu vida? 
Obviamente leche y obviamente agua. ¿Y después? ¿ A qué no lo has pensado nunca? Las bebidas son como escalones en tu vida, como la talla de tu ropa, con el pelo que has ido perdiendo. 
Mira lo que bebes y sabrás cómo eres de mayor.  
1. Refrescos. Los refrescos no son alcohol. Obvio, pero cuando tenías 7, 8, 9, 10 años, los refrescos significaban casi casi lo mismo que significarían las bebidas alcohólicas después. Eran la ocasión especial, los cumpleaños, el premio si te portabas bien, la lata que te comprabas si ibas de excursión, lo que pedías si te llevaban a un restaurante. 
Dentro de los refrescos no todos eran iguales, estaban los de naranja y limón que eran como medalla de plata y luego la Coca Cola que era el premio gordo, la medalla de oro, lo más alto del pódium.  
2. Calimocho. El calimocho es una bebida muy rara. Mezcla la Coca-Cola que tiene siempre un componente de bebida de cumpleaños, de niños, de chispa de la vida con el vinazo más asqueroso que es una bebida de viejos, de señores mayores con chaqueta de punto en un bar mugriento. Inexplicablemente el componente infantil de mediasnoches de la cocacola y las cabezas de gambas del vinazo amargo casan bien y resulta ser una bebida estupenda para dar los primeros pasos en el camino de la bebida alcohólica. 
Gracias a Dios, es una etapa que se deja atrás. Bueno, casi todos la dejan atrás, siempre hay el que quiere seguir viéndose como un jovenzuelo con bolsas de plástico en un banco del parque.  
3. Cerveza 
 Es la bebida permanente. Se empieza a beber en barras libres en las que está calentorra y casi sin gas, se bebe en litronas compradas a escondidas y bebidas en parques y a la entrada de conciertos, en cañas bien tiradas, en dobles “porque las cañas no duran nada”, en minis gigantes en conciertos multitudinarios, en tu casa al llegar del curro directamente de la lata recién sacada de la nevera, en el picnic con la tortilla de patata y el bocata.  Se bebe en el aperitivo, por la tarde y por la noche. Empiezas a beber cerveza de jovenzuelo y te haces viejo con una caña en la mano. 
4. Combinados imposibles: Martini con limón, licor 43 con naranja..etc.   Esto es más de tías. Hay que beber para mimetizarse pero la cerveza resulta demasiado amarga, el calimocho resulta demasiado cabezón y además se bebe a morro y se busca una bebida un poquito más exótica, más exclusiva, más frívola.  Esos combinados son dulzones, se beben rápido, entran solos y dejan una resaca espantosa pero claro eso no lo sabes hasta el día siguiente.  
5. Whisky Después de dar tumbos por el mundo del calimocho, la cerveza y las copas imposibles se llega a la primera etapa de bebida de mayores: el whiskazo. El whisky lleva su propia evolución. Se empieza bebiendo el más barato que haya diluido en cuanta más coca cola mejor y luego el paladar se va educando y ya se prefiere determinada marca de whisky y se diluye en menos coca cola o incluso sólo en agua o los más campeones sólo con hielo. La etapa del whisky dura bastante, años, muchos años…y hay gente que permanece fiel a él durante toda su vida. 
El problema del whisky con cocacola es que después de atufarte n números de ellos, además de una resaca atroz provocan un nivel de azúcar en sangre muy desagradable e incluso impide el sueño si no estás acostumbrado a la cocacola. El whisky por cierto deja una resaca espeluznante también.  
6.Ron El ron es una bebida curiosa. Se puede llegar   a ella directamente desde la cerveza y el calimocho o después del whisky. Tiene también su propia evolución y se empieza bebiendo el clásico ron blanco que hay en todos los bares del país para terminar luego hablando jerga del tipo: “yo quiero un ron moreno venezolano que es dulzón pero no tanto”, “O yo quiero mejor uno de 25 años”.  
7. Chupitos alcohólicos. 
Por un lado tenemos los chupitos de jóvenes: tequila, saporovskys, vodka a palo seco, mezclas imposibles de bebidas con muchísima graduación. Estos chupitos se beben en la cumbre de la borrachera con el absurdo propósito de demostrar lo que se aguanta antes de derrumbarte. 
En el otro extremo están los chupitos de viejos: licor de hierbas, orujo blanco, orujo, licores variados. Estos se beben al final de pantagruélicas comidas y para disimular los llamamos “ digestivos”. La moto que vendemos es que los bebemos para digerir mejor el festín que acabas de apretarte pero la realidad es que lo que te apetece es un copazo pero no es el momento.  Cuando sí es el momento estos digestivos crecen y pasan de ser chupitos a ser “copa balón con mucho hielo”. 
Por cierto, cuanto más te gusta beber algo en copa balón más viejo eres. Y esto es científico…
8. Vino bueno 
Tras años de beber  vinos capaces de desatascar las peores cloacas del planeta tu paladar dice basta y exige vino bueno. Aquí hay también todo un mundo de posibilidades, desde el que se limita a elegir uno bueno cuando va a un restaurante hasta el que se hace un curso de cata, compra vino y lo guarda en casa para epatar a sus amistades. Al vino bueno le pasa que parece que no es beber, te atufas una copita o dos al llegar a casa o mientras preparas la cena y parece que no bebes. 

9. Champán

Hasta que no te has atufado un buen pedo de champán no te gradúas en el curso CCC de “Saber beber”. El champán es muy traicionero, entra fácil, se acaba rápido y es muy celoso. ¿Qué quiere decir esto? Que es raro quedar a beber champán solo, normalmente va al final de una comida para celebrar algo y en esa comida con suerte habrás bebido sólo vino o puede que hayas bebido cerveza y vino. Después el champán “Qué fresquito” “Qué rico” “ Qué bien entra el buen champán”. Se acaba rápido y te lanza a una euforia que te hace decir..” otra botella” u “ vamos a tomar copas”. Si es otra botella,  la resaca será cabezona de las de que te crece el cerebro tanto que crees que te va a salir por las orejas…si optaste por el mundo copas, el champan se pondrá celoso y al día siguiente la holgura craneal te matará. 
El champán es de mayores y hay que manejarlo con cuidado porque además da resacas de las que no recuerdas que hiciste… 
10.Bebidas sin. 
En medio de la navegación por los mares de las bebidas alcohólicas de repente llega una etapa en la que no puedes beber o quieres beber menos. En las mujeres suele ir asociado a bombo y en los hombres a algún tipo de susto médico o esponjamiento obeso que les hace replantearse su dieta.  Es entonces cuando se empieza a beber cerveza “sin”, chupitos “sin”. Es una etapa de mucha pena y muy ridícula. Sinceramente si no puedes tomar alcohol es mucho mejor tomar zumos o refrescos o incluso agua. Las bebidas sin son como ver a otros practicar sexo..sabes cómo se hace, sabes cómo se siente y además te apetece..pero te castigas con mirar solo. 
11. Gin Tonic. 
Cuando te has bebido miles de whiskys de repente un día te apetece otra cosa. No te apetece el sabor dulzón del whisky ni una cerveza ni vino y entonces pruebas el GIn Tonic. No quieres, porque el Gintonic es de viejos, de señores mayores, de tus padres, pero te apetece, es una fuerza incontrolable y te dejas llevar. Y te gusta, te gusta mucho. 
El Gintonic es la bebida que se puede pedir de aperitivo, de sobremesa o para tomar copas. No es dulzona y no entra tan fácil como el whisky así que (en teoría) bebes menos.  Además descubres que deja muchísima menos resaca. 
El Gintonic casa bien con la juerga pero también es una bebida solitaria. Una bebida de “ estoy hasta el moño de todo me voy a tomar un gintonic a mi bola”. 
Por supuesto también tiene cosas malas. La peor es que hay una corriente terriblemente snob de ha convertido una bebida recia y molona en un carnaval de pijadas sinsentido. Hay que mantenerse firmes y no caer en absurdeces. Ginebra, tónica y limón o como mucho lima. Todo lo demás son fuegos florales. 
12. Oporto, jerez, brandy  Estas son bebidas de señores mayores, muy mayores, de pelo blanco y manos arrugadas. Para beber en copa balón pequeña y con el periódico al lado. No sé bien cuando se llega a beber estas cosas, en qué momento dejas el gintonic y el vino bueno y coges una botella panzuda con un líquido de color oscuro. Por no saber, no sé ni siquiera si son bebidas distintas pero sé que es lo que me espera al final del camino del alcohol.  
Los caminos del alcohol son complejos y muy intrincados, pero resulta que todos más o menos hemos seguido el mismo recorrido vital en nuestra relación con el alcohol. Todos menos los abstemios…pero de esos no puedo hablar.Publicado primero en Unadocenade.