Jean Pierre es un médico rural que tiene encantados a los habitantes de una zona de Francia porque está abierto las 24 horas del día, los 7 días de la semana, prácticamente sin vacaciones y totalmente dedicado a su profesión. Sin embargo, todo cambia cuando le diagnostican una grave enfermedad y tiene que buscar a un sustituto que se ajuste a su entregada filosofía de vida.
La dirección de Thomas Lilti, recordado por la estimable ópera prima Hipócrates, demuestra su talento con una pequeña perla. La película presenta un ritmo pausado, pero sin llegar a agotar, que nos muestra la labor de un doctor en la campiña francesa, salpicándola con pequeñas píldoras de humor que la hacen bastante llevadera. Los diálogos son un tanto escuetos, pero certeros. Transmiten realismo y son profundos en su sencillez, sin subrayados, como le gusta decir a algunos críticos. Los paisajes hacen acto de presencia y no sólo están de relleno, sino que nos parecen muy sugerentes como si quisieran transmitir algo más. Como dato curioso, hay un guiño a la música country, que nos ha parecido más que acertado y que sirve para oxigenar.
La cinta se sostiene con el excelente trabajo de Marianne Denicourt y un sobresaliente actor como François Cluzet, que está sensacional y sin histrionismos. Estamos convencidos de que todos los que se acerquen a esta producción verán reflejada la profesión que interpreta, tan diferente a su papel de la película Invencible, que tanta fama le dio.
Esta producción cuenta la historia de una vocación entendida como la absoluta entrega a una profesión, basándose en principios humanistas en la que lo primero no es sólo conseguir curar la enfermedad, sino lograr el bienestar y el equilibrio psicológico de la persona. En relación a esta entrega, la película plantea el cómo dar paso a la siguiente generación médica, donde la tecnología y la asepsia priman sobre la labor humana. Por tanto, el objetivo de este largometraje es hacernos pensar el modo de dignificar al enfermo.
Por último, nos ha parecido bastante oportuna la escena en la que la doctora, preocupada, se enfrenta a un caso de aborto, haciendo referencia a las parejas tóxicas que presionan a la embarazada para que termine con la vida del embrión o del feto (publicado en el Diario Ya).