Ya todos en El Rocío, lugar donde se pusieron en común la alegría por el día que se festejaba así como buena comida y unas copas, allí me pude incorporar para reunirme con mi mujer y resto de la familia para pasar una tarde de amistad y buenas compañías
Al fin y al cabo, la vida está llena de momentos de alegría que hay que saber saborear a tope y disfrutarlos al máximo porque ya sabemos que lo malo suele venir sin avisar. Siendo así que conviene tener las pilas cargadas de cosas buenas para cuando toquen descargarse en otros menesteres menos deseados.