Un "Drive thru" frente a mi casa

Publicado el 27 noviembre 2009 por Nandreu
Con tanto deporte he perdido la costumbre de hablar de las otras cosas de Natxo. Hoy quiero referirme a un acontecimiento que en los últimos días me ha llamado mucho la atención: Gente comiendo en el coche en el solar frente a mi casa. Un Drive thru a la valenciana, tan mediterráneo como la dieta que estos nuevos personajes mastican día a día.
No me llama la atención que comerciales, albañiles y oficinistas saquen el bocata de su envoltorio, o agarren con firmeza sus tapers en el interior de sus vehículos mientras los gatos ronronean alrededor de sus neumáticos para carroñear las sobras. Lo que más me llama la atención es el lugar elegido para pasar su media hora, en el mejor de los casos hora libre. ¡Un descampado! Por favor, es casi una tropelia. Lo es más aun cuando se tiene el Parque de cabecera a tiro de piedra o incluso "La Canaleta", donde se puede aparcar perfectamente sin ligaduras mientras se escucha el murmullo de los pajaritos y, con suerte, un ensayo de artificios pirotécnicos en Gori.
Sin embargo ellos estan felices. Los que estan sólos han buscado un matorral en el que refugiarse del sol que luce en diciembre en Mislata y el resto de la Comunidad, mientras escuchan su programa de radio favorito encerrados en el coche. Luego inclinan el asiento del copiloto hacia atrás y sin pudor alguno se descalzan. Estan en su hogar sobre ruedas.
Hay otros que son más lúdicos. Estos van en parejas. Ponen también la radio del coche a toda máquina mientras comen y rien entre bocados de tortilla de patatas o pringosos, a la vez que deliciosos, bocadillos de atún con olivas. Finalmente está el tercer ejemplo. Este llega sólo y quiere salir de su habitaculo cerrado. El clima es caluroso y desea cotillear el paso de la gente en ese 'Gran Hermano' que es la calle.
Será la crisis la que está obligando a dejar el bar de menú por el Drive thru, o bien es que la gente poco a poco se deshumaniza más y prefiere comer sóla en su coche. La verdad es que no lo entiendo. Este es un fenómeno que me ha llamado peligrosamente la atención y que yo, en su lugar, elegiría, aunque en otra ubicación. Tal vez somos animales de costumbres. Yo seguiré paseando por el improvisado bar de menú mientras mi perra utiliza el local de restauración para otros menesteres.