Un ejercicio de guión

Publicado el 17 julio 2014 por Libretachatarra


TRANSCENDENCE: IDENTIDAD VIRTUAL
data: http://www.imdb.com/title/tt2209764
De los guiones mal construidos también se aprende. Un ejemplo es “Transcendence: Identidad vitual” dirigida por Wally Pfister, director de fotografía de varias película de Christopher Nolan, productor del filme. El guión de Jack Paglen no es bueno. La idea sí. En suma, la película mantiene su atractivo pero se le ven las costuras. No es el bodriazo con que la calificó la crítica pero tampoco va a hacer delirar a la platea. Es una oportunidad perdida. Así que asumamos los errores y tratemos de identificarlos, en un ejercicio de sano análisis de escritura de guión, vicio que hace tiempo no despuntamos en esta página.
Argumento: Will Caster, un científico especialista en Inteligencia Artificial sufre un atentado de un grupo terrorista antitecnológico que lo deja en agonia terminal por una semana. Su novia y su mejor amigo, ambos científicos, intentan un golpe desesperado: digitalizan la mente de Caster, en un procedimiento experimental, para transformarlo en un ente virtual y poder mantener su pensamiento vivo, más allá de la muerte del cuerpo físico. Como es de esperar (si no la película se acabaría en diez minutos), tienen éxito y deben lidiar con un nuevo ser que suena como Will, actúa como Will, pero se mueve a sus anchas por la red y plantea dudas sobre sus verdaderas intenciones.
Así, brevemente, la historia, con Johnny Depp como Will Caster (normal, no es su mejor interpretación), Rebecca Hall como Evelyn, la novia (correcta) y Paul Bettany como su amigo Max Waters (un actor que siempre me gusta lo que hace). El principal problema de “Transcendence” son las transiciones de una escena a otra. Hay demasiada declamación y poca tensión dramática. Se adivina un triángulo entre Will, Evelyn y Paul que no termina de mostrarse y una subhistoria de fanatismo religioso que tampoco se despliega. Hay dos ideas en el guión. Una: ¿qué es un ser humano? ¿Su pensamiento o su interacción física? Esto es: ¿uno es independiente del soporte? Segunda idea: ¿nuestro miedo, nuestros prejuicios, puede habernos echado de paraíso? Acaso si el Mesías volviera a la Tierra, ¿seríamos capaces de reconocerlo? ¿O le daríamos la espalda otra vez?
En lo que sigue, hay spoilers. Así que los que no vieron la película, abstenerse de seguir con esta lectura. Y están anoticiados que mañana están las mejores frases.
Seguimos con los que pasaron el Rubicón y van por más. ¿Cómo hubiéramos contado nosotros la historia? Bueno, así vendría. Primero, nada de flashback. No empezamos por el final, si no por el principio. Primera secuencia, la conferencia para juntar fondos. Hemos visto en los preparativos a Will y Evelyn y su charla con Max. Presentación de personajes y la necesaria data previa de los protagonistas: son jóvenes, se aman y son muy inteligentes.

Durante la charla, alguien interpela a Will: “¿Entonces quiere crear un Dios? ¿Su propio Dios?”, “Muy buena pregunta. ¿No es eso lo que el hombre ha hecho siempre?.
Escena siguiente: atentado. Parece recuperado, nos enteramos que hay un ataque masivo a especialistas de Inteligencia Artificial. Diálogo con Joseph, colega de Will (Morgan Freeman) y el Agente Buchanan del FBI (Cillian Murphy). Will se trastabilla, debilitado. Diagnóstico: material radiactivo, te morís en una semana.
Charla Evelyn y Max con la idea de digitalizar a Will. Charla con él y da el OK.
Escena siguiente: Will muere. Evelyn y Max se esfuerzan en procesar los datos que constituyen lo único que queda de Will y cuando ya están por darse por vencidos, a punto de apagar la máquina y borrar todo aparece la frase en la pantalla: “¿Hay alguien ahí?”.
Fundido a negro. Leyenda: “Diez años después”.

Centro de la hostia en un pueblo pérdido del Medio Oeste estadounidense. Joseph y Buchanan son invitados a pasar un centro de última tecnología en un pueblo que se cae a pedazos. Los recibe Evelyn, unos años más avejentada. Además, la imagen y la voz de Will. Se revela que ha sido digitalizado con éxito y que ha evolucionado. Les muestra las personas que ha sanado, sus proyectos, sus estudios, etc., etc., etc.
Gratamente sorprendidos, Joseph y Buchanan se despiden de Evelyn. Joseph desliza en la mano de Evelyn el papelito con la frase: “Huye de este lugar”. Evelyn lo mira y arruga el papelito. Su rostro muta. De la perfección y serena alegría con que recibió a Joseph, pasa a un sombrío gesto. Will pregunta qué pasa. Y ella contesta que nada, recomponiendo el gesto con una sonrisa, ahora artificial y grotesca.

Ahí nos picó el bichito de que hay algo oculto en la proeza de Will, algo turbio.
Seguimos a Joseph y Buchanan por el medio de la ruta, en pleno desierto, en su auto. Paran en la nada más absoluta y bajan al costado de la ruta. Joseph mira el horizonte (a lo lejos divisamos el pueblo donde está la empresa de Will) y el Agente Buchanan le pregunta: “¿Es demasiado tarde para detenerlo?”. “Casi. Hay que apagar Internet”.
Corte a una fábrica o edificio abandonado. Vemos llegar a Joseph y Buchanan. Es de noche y llueve. Joseph comenta que no han llegado. “¿Y por qué necesitamos a los terroristas?” pregunta. “Todos necesitaremos a alguien a quien culpar cuando esto salga mal” contesta Buchanan.

Caminan entre los pasillos a oscuras del edificio en ruinas y, entre el resplandor de los relámpagos, se recorta la sombra de un hombre al final del corredor. Barba desaliñada, pelo largo, un parche en el ojo y las cicatrices de una explosión en el rostro, campera de cuero negra, jeans gastados, borceguíes. Carga dos armas. Joseph da un paso hacia él, mostrándose. El hombre hace lo propio. “Joseph” murmura. “Max” dice Joseph. Un relámpago (seguido de un trueno ensordecedor) ilumina el lugar y reconocemos completamente a Max.
Fundido a negro. Leyenda: “Diez años antes”.
Asistimos al momento en que Evelyn descubre la pregunta “¿Hay alguien ahí?” en la pantalla. Evelyn contesta, reconoce a Will digitalizado, se abraza con Max. En el diálogo vemos que toda la intimidad que fue ganando Evelyn con Max en los vanos intentos de recuperar a Will, se corta con la aparición de la virtualización de Will. Ahí está la tensión romántica. Max está enamorado desde hace mucho tiempo de Evelyn pero ella es todo ojos para Will. La reaparición de Will complica las cosas, todo esto a un nivel absolutamente inconsciente para los personajes.
Will empieza a crecer. Se hace millonario en segundos. Corrige su base. Y pide acceso a Internet. Evelyn cede a todo. Pero Max empieza a dudar. Y entonces, silencia la computadora y le pide a Evelyn no seguir. Que han cruzado un límite. Que tienen que apagar el programa y dejar ir a Will. O a lo que parece que es Will. Suena como él, pero no es él. Pelean, discuten y Evelyn lo echa. Y, poco después, ella le da a Will acceso a Internet.
Fundido a negro. Leyenda: “Diez años después”

Volvemos al edificio abandonado y están Joseph hablando aparte con Max, hoy todo un mercenario terrorista; apartado, Buchanan. Encontramos a los personajes a la mitad de un diálogo y comprendemos que Max acaba de contarle el flashback que acabamos de ver. Max se ha convertido en un hombre duro, en un activista contra la megalomanía de los científicos. Y le dice a Joseph que se ha estado preparando todo estos años para cuando llegara el momento. Que Will saldría, inevitablemente, de sus límites digitales y que querría pisar este mundo. Y entonces él estaría listo para enfrentarlo. “¿Sólo tú, Max?” lo indaga Joseph. “Yo. Tú. Él (por Buchanan). Y ellos... por supuesto” señala a sus espaldas. Y ahí asoman decenas de hombres y mujeres, el ejército completo de los activistas antitecnología, armados.
Corte al centro de estudios de Will. Cena de Evelyn con la omnipresencia de Will. El diálogo amable de él, exaspera a Evelyn. Descubrimos que él monitorea constantemente a Evelyn, que anticipa sus reacciones. Evelyn se brota. Entonces Will le adelanta su último avance científico: aparece un clon de él, un medio físico para interactuar con ella. Le acaricia el rostro: “Es como resucitar. Ahora puedo tocarte”. Ella se aparta espantada. Clama que no, que no es él, que no es lo mismo. Evelyn escapa en el auto y huye del pueblo. Una lluvia repentina la sigue, tras una nube. Hay “cachitos” de Will en cada gota de agua.
En medio de la ruta, Evelyn es interceptada por un reflector. Detrás salen Max, Joseph y Buchanan. Es la avanzada de la próxima invasión a la base de Will.

Diálogo de Max y Evelyn. Entendemos que hay un rescoldo de tensión romántica entre ellos. Queda claro que Evelyn ha estado meditando todos estos años qué hubiera sido de su vida de haber apagado a Will y retomar su vida con Max. Max, tras su dureza, no disimula su amor por Evelyn. “Nunca fue Will, ¿no? pregunta Evelyn llorando “Ni por un momento creíste que era él, que había algo de su alma en ese programa”. Max cabecea negativamente, con lágrimas en los ojos. Evelyn se derrumba llorando. Max la abraza. Y concuerdan que Will se ha convertido en un peligro. Y que el único modo de detenerlo, antes que se propague por el mundo con esa red que armó con las gotas de lluvia, es cargarle un virus que lo degrade y lo aísle de la red. Luego, destruir las fuentes de energía. Ellos harán lo último; pero Evelyn debe introducir el virus, debe portarlo en su físico. Es el único modo. Will sólo confía en ella. Y es su único punto débil ahora.
Regreso de Evelyn. Diálogo tenso con Will. Evelyn trata de engañarlo, pero él se da cuenta que algo no funciona. Sin embargo la besa: es el modo de inocular el virus. Se entrega mansamente a ella.
Suenan las explosiones. El ejército terrorista, auxiliado por el FBI, invade el lugar. Están destruyendo los nodos de energía.

Diálogo final de Will y Evelyn. Él pregunta porqué lo atacan. “¿Por qué quieren destruirme?”; “No, Will, por favor. ¡Tú los estás destruyendo a ellos!” contesta Evelyn entre lágrimas, mientras todo empieza a derrumbarse y la imagen de Will en las pantallas presenta marcados signos de degradación. “No. Estoy tratando de salvarlos. No los voy a matar. Los voy a trascender”. Y Will le muestra cómo pensaba salvar el planeta, eliminar el hambre, curar las enfermedades, generar el Paraíso en la Tierra. “Ése era tu
anhelo: querías cambiar el mundo”
contesta mientras todo se cae.
Evelyn pide perdón por no creer en él, que no sabía lo que estaba haciendo y Will la abraza, mientras todo se destruye.
Primer plano del código fuente de Will, destiñéndose en las pantallas del centro, mientras el fuego recorre el lugar. Evelyn muere en brazos de Will.
Fundido a negro. Leyenda: “Veinte años después”.
Recorrida por un mundo sin tecnología. Rasgos de pobreza, hambre, alguien atranca la puerta con un teclado de computadora. Una camioneta oxidada con remiendos cruza la ruta deteriorada. Al volante vemos a un envejecido Max, recitando en off: “Dicen que hay electricidad en Boston. Algún servicio telefónico en Denver. Pero está lejos de ser como era. Tal vez todo fue inevitable. Una inevitable colisión entre la humanidad y la tecnología. Internet iba a hacer del mundo un lugar más pequeño. Pero en realidad parece más pequeño sin ella”.
La camioneta entra al pueblo polvoriento donde estuvo la base de operaciones de Will. El pueblo está desierto. Max estaciona entre las ruinas que él ayudó a crear y recorre los pasillos destruidos. Revuelve entre la basura. Busca en vano algún resto de lo que fue Will.

Y asistimos a la confesión de Max de reconocer que tuvo celos. Celos de Will y de lo que pudo hacer. Celos de que ella lo amara en vez de amarlo a él. Y que cada día, por el resto de su vida, caminara por esas ruinas buscándolo, sabiendo que lo tuvo a su lado y que ya no está. Que tuvo el Paraíso al alcance de su mano. Y que le había dado la espalda por miedo. Miedo a creer que el Paraíso era posible. Y su dolor más grande, su culpa que lo angustia cada día, es no saber si habría otro Will, otra red en el mundo y otra posibilidad del Paraíso en la Tierra.
Gran plano general de Max vagando por las ruinas del templo de Will. Y a lo lejos, las columnas de humo de un planeta degradado y hambriento.
Fin de la película.
Bueno, ésa hubiera sido mi “Trascendence”.
Gracias por dejarme jugar en el cubo de arena de los guionistas. Espero que lo hayan disfrutado como yo.