Un empate que no sirve

Publicado el 01 noviembre 2011 por Marianofusco

Desilusión. Esa debe ser la palabra perfecta para definir la situación que viven hoy en día los dos equipos que protagonizaron un partido que poco tuvo que ver con el resultado. A pesar de no poder sacarse diferencias, Estudiantes y Racing protagonizaron en Quilmes un entretenido encuentro, con el particular añadido de varios errores arbitrales, pero fallaron a la hora de convertir. Para los dos, fue un triste 0-0 que no les sirve para nada.

Si bien los diferencia una buena cantidad de puntos en la tabla de posiciones, la intencion de ambos conjuntos era las misma antes de arrancar el torneo: ser protagonista. Y, a pesar de que Racing coqueteó con la posibilidad de molestar a Boca, lo cierto es que ninguno logró el objetivo que se habían planteado. Al mismo tiempo que la Academia se convirtió en Deportivo Empate, el Pincha se hundió en la irregularidad y la mala fortuna, ya que ni siquiera en los partidos que tuvo buen juego pudo llevarse la victoria. Un semestre negro por donde se lo mire.

Y hoy, al menos desde el lado blanquiceleste, parece que finalmente bajó la gota que rebalsó el vaso. Criticado muchas veces por meterse atrás, hoy Racing se vio apabullado por la gran actitud de su rival a tal punto que su hinchada reaccionó pidiendo más actitud. Con el “Vayan al frente” de fondo musical, los de Simeone no hicieron otra cosa que ponerse aún más nerviosos y ni siquiera pudieron aprovechar el regalito de Loustau. El jóven árbitro expulsó injustamente a Braña cuando sólo iban 30 minutos de juego, pero esa diferencia numérica jamás se vio reflejada dentro del verde césped.

Así como el visitante se vio perjudicado por el ambiente, Estudiantes se desenvolvió sin problema alguno. Envalentonado por un Gastón Fernández que cada día se acerca más a su mejor nivel, el Pincha fue puro corazón y de haber tenido algo más de puntería en los metros finales hubiera sido un justo ganador del encuentro. Una vez más, Racing mostró el que quizás es su único aspecto positivo: el trío formado por Sebastián Saja y los dos centrales, Matias Cahais y su tocayo, Martínez. Juntos sostienen a un equipo que justifica su invicto en el rendimiento de ellos 3. ¿El resto? Poco y nada.

Con Giovanni Moreno aún disminuído físicamente y Teófilo Gutiérrez más interesado en pelearse que en hacer goles, la Acadé sufre horrores a la hora de generar juego de mitad de cancha hacia adelante. Esto, sumado a las dudosas intenciones de su técnico, convierten a Racing en un equipo intermitente, que gracias a sus grandes individualidades logra ilusionar por momentos, y luego, rápidamente, deprime hasta al más optimista entre los errores y la poca ambición.

Más allá de cualquier análisis, lo único cierto es que de esta manera ambos equipos se complican cada vez más. Por el flojo nivel que mostraron en el clausura y por los grandes refuerzos que pudieron adquirir, ambos estaban obligados a pelear la punta pero hoy en día están bien lejos. Mientras, todos siguen jugando para el líder. Arde Avellaneda, delira la Boca.