José Luis Sampedro: "Tendríamos que indignarnos mil veces más"
José Luis Sampedrose encuentra "moribundo, con permiso", pero aún tiene fuerzas para ser crítico con la situación actual: "La desvergüenza generalizada es lo especial de esta crisis". Ya no quiere ser descrito como un economista, porque estos "se dedican a hacer más ricos a los ricos, y yo prefiero hacer menos pobres a los pobres".
El filósofo se muestra enfadado con la clase política, especialmente con el Gobierno y sus medidas: "No son reformas, son contrarreformas" y arremete contra la "obsesión" del Ministerio de Justicia de reformar la ley del aborto, contra la supresión de Educación para la Ciudadanía y contra "el desmantelamiento de la sanidad".
Aun así ve un rayo de luz en los jóvenes que se siguen agrupando para mostrar su descontento. Considera que el trabajo que está haciendo el movimiento indignado es "revulsivo e importante, ya que han conseguido revolver las cosas".
Dice Sampedro que el problema está en la educación: "La enseñanza religiosa crea un pensamiento dogmático, se establece un dogma y ya no se puede discutir, se acaba con el pensamiento libre. Sin él no hay ni ciudadanía, ni democracia".
Su educación política se formó a raíz de combatir en los dos bandos de la Guerra Civil. Aunque confiesa que no le convenció ninguno, su primer "bautismo político" lo recibió de los anarquistas, de los que le impresionó "su entereza, su valor, su solidaridad. Los recuerdo con cariño".
El escritor de obras tan conocidas como La sonrisa etrusca o El amante lesbiano y, más recientemente, autor del prólogo de ¡Indignaos!, de Stéphane Hessel, y Reacciona, se siente satisfecho con su vida: "He cumplido lo que era mi obligación, que era hacerme quien soy". Compara la existencia humana con un árbol, y opina del suyo que "ha sido intenso, dedicado y honesto". De mayor quiere ser José Luis Sampedro, algo que, dice, todavía no ha conseguido.
(Fuente: Cadena Ser)