No existe ningún telescopio ni ningún instrumento que nos permita enfocar a la región del espacio que hay entre dos galaxias para ver qué hay allí. La ciencia sospechaba que entre galaxia y galaxia hay filamentos de un tipo de átomos que forman la llamada materia bariónica. Estos átomos conectan el universo. Sin embargo, hasta hoy su existencia era una pura cuestión de cálculos y especulaciones de los astrofísicos.
Un equipo de investigadores del Instituto de Astrofísica Espacial de Orsay, en Francia, y de la Universidad de Edimburgo ha logrado, por primera vez, captar esa materia. Para ello ha recurrido a un concepto astrofísico conocido como efecto Sunyaev-Zel'dovich.
Cuando la luz residual procedente del Big-Bang atraviesa nubes de gas, excita algunos de sus electrones, creando un ligero brillo en la radiación de fondo de microondas. Ese es el efecto Sunyaev-Zel'dovich. En 2015, la sonda Planck ya logró reconstruir un mapa de la materia del universo gracias a esta técnica, pero las hebras de bariones que conectan las galaxias son demasiado tenues para aparecer en esa imagen.
Lo que los científicos de Orsay y Edimburgo han hecho ha sido superponer los datos de Planck en 1.260.000 pares de galaxias como si superpusiéramos varias exposiciones del negativo de una imagen para realzar la poca luz que haya. Ambos equipos no solo han logrado confirmar que existen filamentos de materia, sino que son hasta seis veces más densos de lo que creía. Por primera vez, somos capaces de ver la mitad de la materia invisible del universo.