A lo largo de la historia se ha demostrado que en tiempos de crisis el ingenio del ser humano por sobrevivir se agudiza al máximo. Por eso, no es de extrañar que en la época que vivimos, los casos de emprendedores e iniciativas innovadoras se multipliquen. Algunas no logran el éxito esperado pero la mayoría salen adelante. Este es el caso de la fiesta conocida como el "Cagaburro".
Todo empieza en un pequeño municipio de La Garrotxa (Girona) llamado Les Preses, y concretamente, en el modesto club de fútbol Bosc de Tosca. Fundado en el año 1978, alberga equipos de categorías desde alevines hasta Tercera Catalana. Como todo club modesto, cada año hay que ingeniárselas para poder subsistir, y más con la reducción de subvenciones y las aportaciones de los patrocinadores que se ha ido produciendo progresivamente. No queda otra, pues, que hacer todo un despliegue de audacia financiera. Así fue cómo nació el Cagaburro, que este año celebra su segunda edición.
¿En qué consiste el Cagaburro? Se delimita el campo de tierra en el que juega el Bosc de Tosca y se divide en 3.200 parcelas de un m2 cada una, a la que se le asigna un número y una letra de manera aleatoria. Se sueltan cinco burros -cuatro desde los córners y uno desde el centro del campo- que se moverán a sus anchas por todo el perímetro hasta que se decidan a expulsar sus heces. Cada burro porta un distintivo de un color para identificar cada premio. La parcela en la que los burros defequen por primera vez será la premiada. En el caso de que el excremento ocupe el límite entre dos parcelas, se mirará el peso del mismo.
Los premios no son pecata minuta, y mucho menos teniendo en cuenta que la adquisición de una parcela cuesta 5 euros. Desde un crucero por el Mediterráneo, pasando por degustaciones en restaurantes de renombre de Cataluña, hasta vuelos en helicóptero y globo.
El año pasado la fiesta consiguió reunir a más de 600 personas y fue todo un éxito que, incluso, ha inspirado a otras entidades y se ha extendido más allá de Cataluña hasta Valencia, Castellón, Extremadura y Andalucía. Tanto es así que Les Preses ya está pensando en patentar el nombre de Cagaburro.
Fuente: www.lavanguardia.com