Hoy quería comenzar a escribir del barítono madrileño
Luis Cansino, un habitual de los escenarios asturianos donde también tiene grandes amistades, algo normal por su excelente carácter y humanidad que le lleva a granjearse no solamente un nombre musical, que ya lo tiene, sino montones de compañeros de profesión, algo difícil en el mundo lírico, además de un respeto y excelentes críticas allá por
donde pasa. Evidentemente tiene altibajos, días mejores que otros, como cualquier cantante o artista, pero siempre es querido y reconocida su labor. Basta echar una ojeada a su repertorio para darnos una idea de la capacidad de trabajo en sus 23 años de profesión, lo que le está trayendo
compromisos variados y una agenda de lo más
completa.
Decía
aquella canción popularizada por
Rubén Blades "La vida te da sorpresas..." y las coincidencias me dan que pensar o mejor escribir, incluso la entrada de hoy. Septiembre de 1971 cuando sentado en "gallinero" con mi abuelo
Pachín asistía a mi primera ópera en el
Teatro Campoamor de Oviedo, una
Andrea Chenier de
Giordano interpretada por
Pedro Lavirgen, cuyo programa y entrada guardo como un trofeo e ilustra estas líneas. Siguiendo mientras escribo la retransmisión en directo por
Radio Clásica de esta ópera desde el Teatro Real de Madrid, nadie podría pensar que resultaría de lo más agitada: comienzo escuchando las protestas del público que interrumpe el inicio del acto primero, gritando "¡qué vergüenza!", parando en seco la representación, "pidiendo" que se quitasen los micrófonos, más murmullos, salida de la soprano hablando en italiano (por eso supuse que era ella), comentarios desde los estudios centrales de radio del incidente con bajada de telón, explicaciones ¿por megafonía del teatro? sobre el fallo del retorno a los altavoces del escenario de los micrófonos que "suben" el sonido de la orquesta (¿desde cuándo se hace así?) y auténtico
Da Capo, comenzando de nuevo todo tras las disculpas. Finalmente
SUSPENSIÓN de la transmisión nada más acabar el acto primero alegando causas técnicas desde la radio pública: ¿censura para evitar más incidentes? ¿creen que somos tontos? y "metiéndonos una grabación" que evidentemente no es lo mismo ni lo programado... Realmente
VERGONZOSO.
Y todo esto vivido en directo mientras escribía del
gran Luis, lo me hizo cambiar el título de la entrada sobre la marcha, aunque sin perder el objetivo de dedicarle este espacio.
Los cantantes protagonistas de esta representación tan accidentada, son el siempre "polémico"
Marcelo Álvarez y
Fiorenza Cedolins, con otro conocido y recordado en Asturias
Víctor Pablo Pérez a la batuta, y donde
Luis Cansino (alumno de
Pedro Lavirgen) también participa como
Mathieu (esperando escucharle pronto como
Carlo Gerard), aunque los incidentes recién narrados me han dejado con las ganas de poder escucharlo.
Pero no quiero olvidar que fue precisamente él "quien me inspiró la entrada de hoy" (¿más que coincidencias?), este madrileño de raíces gallegas (por eso
primo hermano de los asturianos) y universal por su carácter y profesión, evidentemente "conectando" con esta ópera por mis muchos recuerdos de adolescencia y un cariño especial hacia ella, a fin de cuentas volver a escucharla y de paso su intervención por la radio, que aún dará mucho que hablar...
Sus últimas actuaciones en Asturias, si no me falla la memoria, fueron el "Roque" de la
Marina del mes de mayo (dentro del
Festival Lírico de Oviedo), el "Marcelo" de
La Bohème en Gijón del pasado 5 de septiembre (en la foto de arriba aparece el tercero por la izquierda con el elenco que la representó, donde aparecen, entre otros, mis admirados
Miguel Ángel Zapater a la izquierda y
Oliver Díaz segundo por la derecha) y el "Sacristán" de la
Tosca del Campoamor de
octubre, que resultó más bien
agridulce.
Recién subido a Internet en un canal (
Vimeo®) sin las restricciones de
YouTube® y donde mi querida y admirada
OSPA tiene su
sede virtual como
OSPATV con algunas entrevistas realmente geniales, me encontré este
VídeoBook del propio Luis Cansino que merece la pena seguirse en su totalidad para disfrutar de su excelencia vocal, auténtico placer para el oído. Le seguiremos aunque sea virtualmente a la espera de otras actuaciones en Asturias, que deseo resulten más equilibradas que las
comentadas, en el sentido de evitar tantas diferencias o desajustes en los elencos que no favorecen en nada el disfrute de la ópera como espectáculo global (y no voy a entrar ahora en el debate sobre las puestas en escena, porque mi postura es sobre todo "musical", primando las voces, como de hecho era mi intención con la escucha frustrada del
Andrea Chenier por la radio). La temporada de nuestra "hermana" asociación de Bilbao tuvo la suerte de contar con el "Wagner" de
Luis en el
Faust de noviembre.
Espero que el escándalo de esta función madrileña no afecte a mi admirado Luis, y continúe cosechando éxitos. No estoy de acuerdo con la frase "Que hablen de mí aunque sea bien"...