Un escenario para la distopía

Publicado el 07 agosto 2019 por Carlosgu82

En términos de rigor linguistico, que muy bien sé cómo se pueden poner aburridos, tenemos un caso común en todo el planeta con el calentamiento global y el problema social de refugiados por guerras, sequía y hambre. Saltándonos todo el análisis que puede comprobar esa situación, llegamos a la situación en sí misma, y es que en el plano general tenemos que tomar acciones como humanidad toda, no por partes o países, sino en todo el sistema humano. Nada más acordar cuáles son esas acciones es todo un contingente en sí mismo, acerca del cual también nos saltamos un largo análisis con muestras, citas y demás para llegar a que esas acciones son más bien pocas, y bastante simples, pero atentan contra la estabilidad axiológica de los sistemas de valores. Osea la conocida movida de piso habitual en artistas y poetas, y enamorados adolescentes, cada vez más sucede a cualquier persona aunque no practique ritos estimulantes del cuerpo emocional. Porque una ebullición d datos, información y problemas reales acosan el tiempo que deberíamos invertir para ser felices. Ante eso la solución es obvia, deben cambiar los sistemas de valores. La pregunta aquí es cómo se cambian esos fulanos sistemas de valores. Nuevamente hay que volar hasta donde identificamos ese sistema de valores en el modelo de vida de clase media. Antes que ponernos a decir que la clase media es el problema, cosa que creo cada vez más, sale asumir cómo el sistema nos beneficia y preguntarnos si de verdad nos atrevemos a cambiar el mundo, porque cambiar los modelos de vida implican cambiar las lecturas, y quizá hay que dejar de hacer más cosas que las que hay que hacer. Y eso es lo que, al parecer, sólo se puede hacer con arte, por su poder de divulgación de mensajes complejos. Cómo la novela no camina muy rápido, y menos si no se tiene el respaldo de una industria editorial, el cine parece mejor opción. Por eso nos proponemos realizar una película tratando estos temas en personajes interesados en la filosofía, algunos inconformes y diacrónicos, otros muy a gusto y otros a disgusto pero acostumbrados. Todo eso con una trama de género, con la representación de los iconos que componen el imaginario de nuestra cultura. UN juego de iconos para realizar aquí en Venezuela, ya que es una sociedad en medio de una guerra, que en muchos sentidos se va manifestando como distopía.
Por la reflexión del comienzo, la historia que queremos componer conecta con el conflicto universal.