Un espectáculo audiovisual sobre Van Gogh y un par de recomendaciones gastronómicas en Bruselas

Por Isidro Lopez Arcos @1Sorokin

Hola amiguetes queridos. Ya estoy por aquí otra vez. Ya sé que me habéis echado de menos, como no podía ser de otra manera, porque todos sabemos que cuando se ama de verdad, las ausencias son como puñales que se nos clavan en nuestros tiernos y frágiles corazones (un poco machacados por los radicales -OH* tras estas fiestas, pero tiernos, tiernos). Por supuesto, lo primero es desearos un muy feliz 2019, esperando que -por lo menos- no sea peor que el año pasado, lo que ya es decir.
Pero bueno, abrevia Sorokin, que te enrollas más que las persianas y ya veo a tus lectores cogiendo un zapato para tirarlo a la pantalla del ordenador.
El primer evento del año al que vuestro bloguero ha asistido en esta ciudad, húmeda y gris, pero bastante más animada de lo que dicen las lenguas bífidas, ha sido una Expo sobre Van Gogh. Lo de exposición, me parece una exageración, en realidad es, como dice la publicidad, una inmersión audiovisual en su mundo. No hay pinturas, lo que hay es un espectáculo impresionante, total.
Tiene lugar en la Bolsa de Bruselas. Desde hace años, la sala central de la Bolsa se dedica a exposiciones y eventos especiales (hace poco hubo una feria de la cerveza):

Una vez que cruzas el umbral, te sacuden unas imágenes que se proyectan en las paredes de la sala, que es enorme. La música te invade por todas partes. Os lo digo en serio, es una experiencia apasionante. El público está por el suelo, en colchonetas, en hamacas o en sillas:

Todo se desarrolla sin ruptura, unas imágenes tras otras:

Pero, como ya podéis suponer, mi colega Lopezia que iba conmigo (somos, como dicen en México "uña y mugre"), con esa afición que tiene a filmar bodrios, produjo el vídeo que, a continuación os pongo:
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