El trabajo, que forma parte del programa Consolider-Ingenio de Alimentos Funcionales y está promovido por la plataforma Pan cada día, aplica técnicas de metabolómica para evaluar el impacto del consumo de pan (integral y blanco) en una muestra poblacional de 275 voluntarios de edad avanzada y con alto riesgo cardiovascular que forman parte del estudio PREDIMED.
Tal y como explica el profesor Rafael Llorach, «según los datos del trabajo, podemos concluir que el consumo diario de pan, sobre todo si es integral, y siempre en el marco de un patrón de alimentación equilibrada y variada, se asocia a un perfil lipídico más saludable y con menores concentraciones de insulina en la sangre». Según la opinión de la profesora Cristina Andrés-Lacueva, codirectora del proyecto y jefa del Grupo de Investigación de Biomarcadores y Metabolómica Nutricional y de los Alimentos de la UB , «el estudio metabolómico ha permitido, además, identificar los potenciales factores metabólicos que hay detrás de los efectos positivos del consumo habitual de pan en el perfil lipídico y, por lo tanto, que pueden ser determinantes para una salud cardiovascular mejor». En concreto, los autores del trabajo han identificado un metabolito relacionado con la actividad de PPAR-alfa (un receptor nuclear muy relacionado con el metabolismo lipídico que se presenta aumentado en los consumidores de pan integral).
Perfil lipídico más saludable El estudio apunta que los consumidores diarios de pan blanco o integral muestran un perfil lipídico más saludable —niveles inferiores de colesterol LDL y más elevados de colesterol HDL— que los no consumidores o los consumidores esporádicos. El trabajo también revela que el consumo habitual de pan integral se asocia a una menor concentración de insulina. «Esta observación es muy importante, porque cuando el cuerpo no responde correctamente a la acción de la insulina, la glucosa no puede llegar al interior de las células y se acumula en la sangre», explica Andrés-Lacueva. Este mecanismo —la resistencia a la insulina— es un proceso patológico clave en el desarrollo de la diabetes mellitus de tipo 2, que también se relaciona con un mayor riesgo de patología cardiovascular. Los resultados del estudio coinciden con otros trabajos científicos que describen el posible efecto protector del consumo de fibra —en especial, de los cereales integrales— frente al desarrollo de la resistencia a la insulina. Además, en el caso de los consumidores habituales de pan, que es una buena fuente de carbohidratos, vitaminas, minerales y fibra, los autores del estudio detectan que el aumento de consumo energético e hidratos de carbono no se traduce en un aumento del peso corporal en comparación con los otros grupos.Fuente: UB