El estudio publicado en la revista ' Nature Communications ' demuestra que la inyección de grandes volúmenes de aguas residuales combinada con la extracción de salmuera del subsuelo en los pozos de gas agotados son la causa más probable de los 27 terremotos ocurridos en la ciudad de Azle, EE.UU.
Los científicos han desarrollado un complejo modelo en 3D que ayuda a concluir que las instalaciones, junto a los acuíferos recargados artificialmente, pueden hacer aflorar a la superficie cantidades significativas de agua desde las capas inferiores que presionan la roca junto con el líquido inyectado.
"El modelo indica que en una de las fallas se genera una diferencia de presiones. Cuando simulamos el funcionamiento del pozo durante 10 años con un amplio rango de parámetros, el modelo predice cambios suficientemente grandes como para desencadenar terremotos en fallas que ya tenían presiones", afirma Matthew Hornbach, autor principal del estudio.