Anécdotico aún hoy en día, que se enoja consigo mismo cuando pierde, a los torneos llega movilizandose en una motote grande y a la par de su mesa no puede faltar Coca cola.
Hoy nos alegramos junto a él, de que ganó esta mañana; sonriente andaba por toda la sala y pasillos y hasta posó para la cámara viajera. LLevamos horas tratando de pasar su partida y nos hemos dado por vencidos, estamos por google contactando a la gente de la producción del Código Da Vinci para que nos ayuden y como no nos gusta mentir, acá la evidencia.