Un fin de semana a la italiana

Por Glo @GloRibas


Italia, como ya sabéis, es una de mis debilidades y parece que si no voy en un periodo de tiempo determinado me falte algo. Este año año pasado he tenido mi dosis de Italia el fin de semana del 13 al 16 de diciembre y ha sido genial. Nunca antes había estado en época navideña y me ha apasionado poder ver las calles engalanadas y visitar un mercadillo navideño. Ha sido un regalo poder terminar un año viajando a uno de mis países favoritos con una compañía tan excepcional como la que he tenido.¿Queréis que os cuente todo lo que he hecho estos días? ¡Vamos a ello!Hace bastante tiempo que conocí, gracias a la hermana de David, mi pareja, a Sandra y Mauri. Sandra hace 8 años que vive en Italia y siempre nos habían invitado a visitarles a Brescia. Por una cosa y por otra nunca habíamos encontrado la ocasión para ir hasta ahora. Además fuimos con los hermanos de David, Maribel y Emilio, y la mujer de Emilio, Esther. La lástima que no pudo venir la pareja de Maribel, Toño, ya que le tocó trabajar...
Los cinco salimos de Barcelona en el vuelo de Ryanair hacia Bergamo a las 19.30h. Como ya sabéis ya se puede subir una mochila extra en la cabina del avión. Mientras estábamos haciendo cola para subir se nos acercó una chica de la compañía y nos dijo que el vuelo iba lleno y que nos tenía que embarcar, de manera gratuita el equipaje. Le pregunté que como podía ser si había una medida máxima de equipaje maleta y si el segundo equipaje, el bolso, se puede colocar bajo el asiento de enfrente (a no ser que te toque sentarte en la salida de emergencia) La respuesta que me dieron es que ahora ya no se miden las maletas, el vuelo iba lleno y que se dejaba subir otro bulto... ¿alguien entiende algo de estas respuestas? Porque yo sigo sin entender nada...

A pesar de mi miedo a los aviones esta es una foto típica que cae en cada vuelo que hago.

El vuelo fue perfecto y llegamos un poco antes al aeropuerto de Bergamo. Allí nos esperaban Sandra y Mauri y una vez todos juntos fuimos a cenar a casa de la madre de Mauri que nos esperaba con autentica y deliciosa comida italiana casera. ¡Gracias Martina y Gino por vuestra hospitalidad! Después de cenar nos trasladamos a casa de nuestros anfitriones a descansar y a cargar pilas porque el sábado nos esperaba un día de turismo espectacular.
El sábado por la mañana nos encontramos con Ivan y Ugha, amigos de Sandra y Mauri, con los que pasaríamos también el fin de semana, y una vez todos juntos pusimos rumbo hacia Verona.
Como ya os conté el año pasado estuve el primer día de mi viaje por el Veneto y me encantó, eso sí el calor que hacía era terrible e hizo que no la disfrutara al 100% Esta vez he acabado de disfrutar todo lo que no había disfrutado la primera vez. La ciudad cambia un montón de verano a invierno, las dos son bonitas y cada una tiene su encanto particular. Estando tan cerca de las fechas navideñas la ciudad estaba decorada con motivos navideños y en el centro hay instalados los mercadillos navideños. Estos mercadillos los encontraréis en la Piazza Erbe, la Piazza dei Signori y las pequeñas plazas que se encuentran al lado de esta ultima. Nunca antes había visitado un mercadillo navideño que no fuera español y me gustó mucho ya que no sólo se venden figurillas y adornos navideños sino que  no además hay puestos de comida y bebidas. Tras pasear por la zona del centro de la ciudad comimos en uno de estos puestos navideños y tras ello seguimos con el paseo por la ciudad. Volví a pasear por muchos de los lugares que ya conocí en mi primera visita y además visité el interior del Duomo que en su momento no pude entrar porque estaba cerrado. Os recomiendo que entréis, no es caro y su interior es fantástico. Después acabamos de visitar a la ciudad, y viendo que empezaba a subir la niebla, fuimos a buscar el coche al parking y nos dirigimos hacia Brescia.

Parte del grupo delante de la Arena

En una parte del mercadillo navideño que queda al la de la Piazza dei Signori

Interior del Duomo de Verona

Vistas des del Ponte di Pietra

La archiconocida casa de Julieta

Llegada de la niebla a la ciudad


Era la primera vez que visitaba Brescia y sinceramente me sorprendió muy gratamente. No me esperaba para nada del mundo que fuera tal y como es. Sandra y Mauri nos hicieron un tour por toda la ciudad, vimos la Rotonda (iglesia de planta circular), la catedral, el ayuntamiento, el casco antiguo y parte de la ciudad nueva. Me gustaría destacar de todo lo que vi la Rotonda. Es una iglesia espectacular. Sus dimensiones son impresionantes y su disposición bastante curiosa. He podido ver muchísimas catedrales e iglesias al largo de mi vida pero nunca ninguna de planta circular y creo que fue este el motivo para que quedara cautivada. Acabamos la tarde tomando un aperitivo, algo muy típico de hacer en la zona de Brescia. Lo más típico del aperitivo es la bebida llamada tradicionalmente Spritz. En Venecia también es muy típico realizar el aperitivo sobre las 20h y también recibe el mismo nombre la bebida. La única diferencia que hay entre el Spritz de Brescia y de Venecia es la base: en Venecia se utiliza el Aperol y en Brecia el Campari. Os dejo cuatro líneas explicando la bebida: El spritz es un refrigerio alcohólico. Se remonta a los tiempos de la dominación austro-húngara en el Véneto y en el Friuli Venezia Giulia, en particular en el área de Venecia y de Trieste, aunque hoy en día es comúnmente consumido también en Padua y Treviso. En su forma original, era obtenido de la mezcla entre agua con gas y vino (normalmente, blanco). Con los años, ha ido variando la receta original, convirtiéndose en un verdadero aperitivo.
Con el paso del tiempo, la bebida se ha extendido rápidamente entre las ciudades del Véneto, del Friuli Venezia Giulia, del Trentino, de Emilia y también en la ciudad de Istria. Hoy en día, se puede encontrar esta bebida en todos los bares desde Milán hasta la Rivera Romagnola. Su consagración ha venido por medio de la publicidad de un productor de bebidas alcohólicas que a inicios de 2008 llevó a cabo una campaña publicitaria incitando el consumo de Aperol Spritz. (Wikipedia)

Interior de la iglesia Rotonda

Cripta de la iglesia

Detalle de los techos del presbiterio

Exterior de la catedral nueva al lado de la Rotonda

Interior de la catedral nueva

Ayuntamiento de Brescia

Plaza del ayuntamiento

Después del aperitivo pusimos camino a Nave. Llegamos al piso de Sandra y Mauri descargamos los trastos y seguidamente nos fuimos a cenar a una pizzeria que queda al lado de su casa. La pizzeria se llamaba Marabú (Via Brescia 179) ¡y la comida era fantástica! La mayoría de mis compañeros de viaje comieron pizza pero yo me decanté por la pasta. No aparecía en la carta pero Mauri me comentó que él siempre la pedía y era espectacular. Así que no me lo pensé dos veces... ¡para cenar pasta! Pero... ¡qué pasta más rica por favor! Nunca la había probado con pescado y es alucinante. Sin ninguna duda fue una gran elección. El restaurante además anima las noches con un karaoke donde los comensales pueden arrancarse a cantar y a bailar los grandes éxitos italianos.

¡Atención a mis pintas! A las personas que comen pasta les colocan este magnífico babero para evitar las temibles manchas

El domingo volvimos a encontrarnos todos y nos dirigimos a Saló a conocer la localidad y ver el Lago di Garda. La ciudad no la conocía y me gustó muchísimo. Los edificios y la disposición de estos frente al lago me recordó a diversas ciudades que he estado y este hecho hacía que me diera la sensación que ya había estado en anterioridad. El Lago di Garda me pareció impresionante, es enorme y el entorno es de cuento. Realizamos un paseo por el extremo del Lago hasta llegar a Saló y me fascinó. La idea del día era dar la vuelta al lago pero el tiempo se nos echó encima y la hora de comer llegó antes de lo que nos esperábamos.

Paseo por al lado del Lago di Garda hasta llegar a Saló

Saló, el Lago di Garda y al fondo los Alpes nevados

Saló y su pequeño embarcadero

Vista de los edificios que se encuentran frente al Lago di Garda

Otra vista de las viviendas que se encuentran frente al Lago de Garda

Detalle de una de las viviendas que quedan en las calles interiores

El lugar donde fuimos a comer era el Agriturismo Jolly que Ivan conocía a sus propietarios. Cuando llegamos Ivan habló con la cocinera y el propietario y les dijo que nos trajeran un poquito de todo de lo que tienen en la carta para que pudiéramos probarlo todo y además pudiéramos conocer la cocina del norte de Italia. ¡Madre mía! ¡Qué panzón de comer! En mi vida había comido tanto... Si no me desconté degustaron unos 26 platos así que podéis imaginaros como salí del restaurante. Eso sí.. ¡Qué maravilla de comida! Todo estaba riquísimo y fue una manera muy buena para conocer la verdadera comida italiana. Empezamos a comer a las 13:30h y nos levantamos hasta las 18h... ¡Impresionante!
Después de la comida-merienda-cena (porque evidentemente no cenamos) fuimos a buscar algunos paquetes de pasta y algunas cuñas de queso al supermercado que hay en Nave. No hay nada mejor que llevarte pasta italiana para casa como "souvenir" de una estancia en Italia.
Una vez en casa nos despedimos de Ivan y de Ugha, que nos prometieron que pronto vendrían a Barcelona a hacernos una visita, ya que al día siguiente ya no nos veríamos. Tras despedirnos  de ellos tocó el ritual de volver hacer la maleta. Por suerte todo estaba controlado y entró todo lo que compramos de maravilla.
El lunes a las 6h Mauri y Sandra nos acompañaron al aeropuerto de Bergamo. El vuelo salía a las 8:15h y como no teníamos que ir con tiempo. Muy a nuestro pesar nos despedimos de ellos y prometimos vernos pronto en Barcelona cuando vinieran a visitar a la familia de Sandra.
Fue un fin de semana maravilloso que espero poder volver repetir muy pronto.

¡Gracias a todos por esta escapada tan magnífica!