14 años después del primer libro, 11 años después de la primera adaptación en el cine... La mayor y mejor saga concluye, pero la magia nunca se apagará. Las luces se fundieron en negro, todo estaba a punto para que comenzara, las gafas de 3D estaban en su sitio (no creo que os perdáis mucho si la veis en 2D) y el último capítulo de Harry Potter comenzó justo por donde se había quedado en la parte 1, Voldemort alzando la varita de saúco.
Continúa la crítica de Manu M.C. de la última parte de la saga del mago de la cicatriz.
En este film hay que destacar muchísimas cosas, casi todas positivas. Empezando por una adaptación de lo más fiel al libro, creo que pocas escenas importantes han sido modificadas, quizás el beso entre Ron y Hermione del cual luego hablaré. Han añadido varias cosas, las cuales me han encantado, por ejemplo Neville en el libro no dice que está loco por Luna, en la película lo dice, son dos personajes muy queridos y me ha maravillado ese guiño a todos los que deseábamos que estos dos acabaran juntos.
La escenografía del film es impresionante y los diálogos tienen la importancia que se merecen. Ya que la película a medida que avanza va cogiendo un ritmo donde llega a su punto máximo en la batalla final, donde ya no importan las palabras, sino los sentimientos que hay de por medio, esos que los malos no tenían ni sentían. Siempre he valorado mucho que esta saga no le de mucha importancia a las relaciones de amor entre sus personajes y si le de más importancia a la amistad entre ellos.
Un ejemplo claro es la relación de Ron y Hermione, muy esperada por muchos pero que luego en el film no tiene peso alguno, algo que queda claro en la escena del beso. No hace falta mucha demostración de que se quieren, los actores ya lo dejan claro en sus papeles, no hace falta que ningún personaje se quite la camiseta o tengan una escena de 5 minutos besándose, porque para eso os podéis ir a ver Crepúsculo. El beso entre Hermione y Ron es inesperado... Y sobre todo no está forzado.
Antes de lanzarme con las batallas tengo que comentar las dos historias principales de la película. La verdadera cara de Snape y el pasado de Albus Dumbledore. Severus Snape seguramente fue unos de los personajes más odiados, pero estoy seguro que es unos de los más queridos después de este último capítulo de la saga. Una historia contada de una forma maravillosa, todo lo contrario que el pasado de Dumbledore, el cual ha sido pasado de puntilla y contado de forma ligera, lo cual han intentado disimular con la presencia del hermano de Albus.Llegamos al punto más esperado, la batalla final, que podemos dividir en dos: la guerra dentro de Hogwarts y el cara a cara entre Harry y Voldemort. Los efectos especiales se merecen un Oscar (ya es hora) y si en la próxima edición no les toca ninguno, habrá indignación absoluta. Las escenas dentro del colegio han sido apoteósicas: las maldiciones volaban por las instalaciones del famoso centro de magia y los personajes fueron muriendo uno por uno. Luego llegó el esperado cara a cara final entre los dos personajes más famosos del mundo, y como estaba claro, el que triunfó fue... tú. Si, por haber disfrutado de esta saga.
No nos damos cuenta, pero ha concluido la saga más exitosa de la historia y la cual ha cerrado una etapa de mi vida. Estos personajes me han acompañado desde los 7 años que vi la primera película hasta los 18 años que tengo ahora. Señores y señoras, la saga Harry Potter ha concluido, pero la magia nunca morirá.