"Un final feliz (El lado bueno de las cosas)", de Matthew Quick: combinación perfecta de humor y drama

Publicado el 26 diciembre 2015 por Lidiacasado


Título: Un final feliz (El lado bueno de las cosas)
Autor: Matthew Quick
Traductora: Carla Crespo Usó
Editorial: DeBolsillo
Género: novela contemporánea, humor
Páginas: 274
Publicación: Enero 2013
ISBN: 9788490324110

 Os presentamos a Pat Peoples, sufre de amnesia y ha desarrollado una teoría muy peculiar según la cual su vida es una película producida por Dios. Y la misión que le ha dado Dios es ponerse en forma y convertirse en un buen tipo para recuperar a su ex esposa. Bueno, Pat es un poco disfuncional y, por esta razón, ha pasado algunos años en un centro de salud mental. Ahora ha regresado al hogar familiar y allí, con la ayuda de su madre (una sufrida mujer que acaba por declararse en huelga de cocina y limpieza), su padre (un hombre gruñón que no tiene otra manera de relacionarse con su hijo que viendo deportes por la tele) y su hermano (un calculador nuevo rico que termina por mostrar su lado sensible) emprende su particular plan de rehabilitación y reconquista.  Pero los caminos del señor son inescrutables, y el final feliz de Pat Peoples está muy lejos de ser como él había imaginado.
   Me encanta esta película. No lo puedo remediar. La vi un día en la tele por casualidad y me enamoró. Y ahora, cada vez que la ponen, intento verla, aunque mi media mitad me dice a veces eso de... "¿Otra vez la peli de los locos??". Pero es que siento debilidad por ella. Me parecen unos personajes tan diferentes pero entrañables que me han conquistado.
   Por eso, cuando buscando en la biblioteca libros para completar el Reto Autores de la A a la Z vi que tenían esta novela y que, encima, el apellido del autor empezaba por Q, una de las letras que me faltaban, casi pego un brinco de alegría allí mismo. Leer esta novela ha sido una experiencia porque partía de una historia que yo ya conocía y me ha resultado inevitable ir comparándola con la película pero reconozco que me ha conquistado de igual manera.
    Como siempre suele ocurrir, la novela da aún mayor profundidad a los personajes y, así, conocemos aún más a Pat de lo que le llegamos a conocer en la película. De hecho, el libro está escrito en primera persona (aunque a veces se dirige a un tú o un vosotros, lectores de la obra) que ayuda mucho a comprender el universo de ficción detrás del que se ha escondido Pat tras los incidentes que habrá que averiguar.
    Este mundo de ficción, la forma peculiar en la que Pat nos habla de él (inocente, casi infantil, pura, primigenia e ingenua) y las implicaciones psicológicas que tiene es, para mí, uno de los logros de esta novela. Me encanta como Quick refleja el estado interior (los pensamientos, los sentimientos, las sensaciones, las reacciones, los estallidos de furia que trata de controlar, todo aquello que no comprende, las sospechas de que le están mintiendo) de alguien que ha pasado por lo que ha pasado el protagonista y narrador de la historia. Y no he podido dejar de pensar en cómo actuaría yo si, de repente, se hubieran borrado de mi memoria (o los hubiera bloqueado, porque mi mente se niega a aceptar lo ocurrido) varios años de mi vida. ¿Cómo aceptaría descubrir que han pasado cuatro años en vez de unos meses? ¿Cómo sería vivir en un mundo que ha avanzado cuatro años sin mí? ¿Cómo me sentiría al descubrir cómo ha cambiado todo en esos años que para mí han sido meses, semanas, días?
    Otro de los aspectos que más me han gustado de la novela es el humor que destila. Un humor dramático, si se quiere, que en vez de quitar hierro al asunto del trastorno mental, lo resalta, por contraste, por contradicción e, incluso, por ironía o sarcasmo. Me gusta mucho el enfoque que Quick da a la enfermedad mental porque no se regodea en el drama pero tampoco se lo toma a la ligera. La novela tiene el justo punto de dramatismo (la carta final de Tiffany es brutal, demoledora, es imposible que no consiga que se te forme un nudo en la garganta y es tremendo cómo refleja la culpabilidad que es inevitable sentir cuando se te muere alguien cercano, alguien a quienes amabas, aunque no tengas nada que ver con lo ocurrido), de absurdo y de humor como para ser verosímil y, sobre todo, humana.
    Y también me ha encantado el constante símil con el cine, con la necesidad de finales felices que tiene el ser humano;los guiños a películas y libros y lo que suponen en nuestras vidas y las reflexiones que plantea sobre el amor, la familia, la amistad, la confianza y qué ocurre cuando esta se rompe. Cierto que a mí me ha sobrado algo de deportes, pero entiendo el encaje que esta parte de la vida de Pat tiene en la trama y no me ha costado leer los pasajes relacionados con algo tan ajeno a mis gustos. Y, además, creo que la obsesión de Pat y su familia por el fútbol americano da pie a introducir otra buena reflexión en el libro y a presentar un modelo de hombre bastante típico y totalmente rechazable (aunque aquí no salga demasiado mal parado, la verdad).
   En definitiva, una novela que me ha conquistado. 
   Nos seguimos leyendo.
   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  • Reto Autores de la A a la Z: Q 25/27