Un gato con clasificación X

Por Nazarinasociacion

Cartel de estreno en EE UU

El cine independiente (e incluso de los grandes estudios) estadounidenses de finales de los sesenta, setenta y principios de los ochenta era mucho más osado, divertido, crítico e inteligente de lo que se produce actualmente.

Fritz en Washington Park, N.Y.

Nos ha venido a la cabeza una película realizada en 1972 titulada Fritz the Cat, escrita y dirigida por Ralph Bakshi, que tiene el honor de ser el primer largometraje de animación que recibió una calificación X en Estados Unidos y de ser la película independiente de animación más taquillera de la historia del cine al recaudar 90 millones de dólares en todo el mundo. No se estrenó en España hasta el año 1978.

Fritz relajándose

Basada en las viñetas de Robert Crumb, cuenta las aventuras de Fritz, un gato antropomorfo que reside en Nueva York a finales de los años sesenta. La película es una sátira de la vida en Estados Unidos y de su política, y no deja títere con cabeza. En ningún momento llega a ser realmente violenta, pero abundan las escenas de sexo, lo que no sentó muy bien a Robert Crumb, que acabó desentendiéndose del proyecto. Fritz es terrible, un auténtico obseso sexual, capaz de cualquier cosa para alcanzar sus objetivos. Como buen hedonista, solo le interesa el placer, y consigue dejar un rastro de destrucción por donde pasa. Por ejemplo, en un momento dado tiene una revelación: debe convencer al pueblo para que se rebele. Baja a la calle con su amigo el cuervo Duke, incita a los transeúntes a la revuelta y consigue – sin querer, es verdad – que maten a Duke.

Fritz disfrutando

Ralph Bakshi

Lo curioso es que Ralph Bakshi dirigió el estudio de dibujos animados infantiles Terrytoons antes de dedicar tres años de su vida a la producción de El gato Fritz. Tiene siete largometrajes de animación en su haber, entre los que destacaremos Los hechiceros de la guerra (1976), El señor de los anillos (1978), American Pop (1981) y Tygra: Fuego y hielo (1983).

Nació el 29 de octubre de 1938 en Haifa, entonces Mandato Británico de Palestina. Un año después, su familia emigró a Nueva York para escapar de la II Guerra Mundial. Ceció en el barrio de Brownsville, en Brooklyn. La familia vivía en un piso de alquiler controlado y la vida urbana no tardó en fascinarle. Desde muy pequeño le apasionaron los tebeos y no tiene reparo en reconocer que a menudo los buscaba en la basura.

En 1947, se trasladaron a Washington DC por razones de trabajo, y se instalaron en el barrio negro de Foggy Bottom. Era la única familia blanca del vecindario y todos los amigos de Ralph eran negros. En esa época en Estados Unidos los colegios estaban segregados, pero el colegio para blancos más cercano distaba varios kilómetros y Ralph ingresó en el colegio para negros del barrio. Recuerda que a nadie le importó, excepto a un profesor. Preocupado por un eventual ataque de los blancos a la escuela si se enteraban de que uno de los suyos estudiaba en un colegio para negros, avisó a la policía, y Ralph tuvo que irse.

Fritz a punto de montar una bronca

A los 15 años, de vuelta a Nueva York, descubrió el libro Complete Guide to Cartooning (Guía completa del dibujo animado) en la biblioteca municipal. Robó un ejemplar y memorizó cada lección. Ante su poco interés por los estudios, el director del instituto al que iba le trasladó a la Escuela de Artes Industriales de Manhattan, y en 1956 se graduó con un premio por sus dibujos animados.

A los 18 años, el estudio de animación Terrytoons le contrató como “pulidor de celuloide”, trabajo que consistía en limpiar los fotogramas. El estudio tenía su sede en New Rochelle, por lo que Ralph tardaba cuatro horas en ir y venir del trabajo cada día. A los pocos meses pasó a ser “pintor de celuloide”. Se convirtió en animador bajo la tutela de animadores del calibre de Connie Rasinski, Manny Davis y Jim Tyer. Acabó dirigiendo el estudio durante ocho meses antes de que Paramount lo cerrara definitivamente.

Duke, el amigo de Frtiz

Después de trabajar unos meses con Steve Krantz en Toronto, decidió fundar su propio estudio, Bakshi Productions, en el “barrio de la ropa” (Garment District) de Nueva York, donde trabajaba su madre. Ofreció salarios más elevados a sus empleados y abrió la puerta a las mujeres y a animadores de otras razas.

Descubrió el cómic de Robert Crumb en 1969 y quedó cautivado por la ironía de las viñetas. Convenció a Steve Krantz de que podía convertirlo en un largometraje, compraron los derechos y así nació El gato Fritz para el cine de animación.