Un genio entre peones y torres

Por Ajedrezmurciano

David, con un tablero de ajedrez, su gran pasión, en una imagen tomada en su casa de Orihuela.

Maestro de la Federación Internacional. David Pardo Simón, un joven oriolano, empezó a jugar al ajedrez a los 8 años y a día de hoy ha cosechado ya tres campeonatos de España y fue duodécimo en el Mundial de su categoría. Con una ELO de 2388 puntos, fue campeón nacional por primera vez a los 11 años y, además, en una categoría superior, la sub-12. Este joven es un ejemplo de constancia a seguir, y no sólo en el ajedrez, también en las matemáticas.
INÉS RODRÍGUEZ
Las matemáticas y el ajedrez van de la mano pues si eres bueno en un campo lo eres en el otro... a no ser que seas un vago. David Pardo Simón no lo es. Sus notas son impecables, con una media de 9 y es deportista de élite por su capacidad para el ajedrez. Admite que este juego, para muchos de mesa y para otros deporte, aumenta la capacidad intelectual y desarrolla la mente. Practica dos horas a la semana desde hace dos años con Jordi Magem, Gran Maestro.
Su primer entrenador fue el peruano Iván Hernández cuando tenía 8 años. Empezó a jugar porque su padre lo apuntó a unas clases y aprendió enseguida. Desde entonces ha conseguido buenos resultados. Ganó su primer torneo nacional a los 11 años en la categoría sub-12. Al siguiente año consiguió un doblete, al proclamarse campeón de España sub-12 y sub-14. En 2008 se quedó 14 en el Campeonato de Europa y el pasado año, 12 en el Mundial de Grecia.
Una meta
David Pardo se ha planteado la meta de conseguir el oro en el europeo antes de la mayoría de edad. Le quedan dos años. También le gustaría ser Gran Maestro y, aunque, el ajedrez le encanta, admite que no puede vivir de él. Solo algunos pueden mediante lo que cobran por torneos, dando clases y escribiendo libros.
Estudia primero de Bachillerato Tecnológico en el IES Tháder y, cuando termine, quiere hacer la carrera de Matemáticas o Informática. De momento piensa en los torneos que está a punto de participar. Este año participará en sub-16 y sub-18 y admite que se siente más presionado en la categoría de sub-16 porque todos esperan mucho de él al ser uno de los favoritos, por lo que no quiere decepcionar. En sub-18 se relaja, dice y juega mejor, admite.
Su estilo de juego varía según el oponente. Con rivales menos fuertes intenta atacar, mientras que con los mejores de la competición opta por un juego sólido, se defiende y presta atención a qué posibilidades tiene para ganar. Pero a estas alturas la mayoría de partidas ya acaban en tablas. Y duran mucho. La partida que más tiempo le ha tenido delante de un tablero fue de casi 5 horas y sí, hubo descanso. El ajedrez es un deporte que no tiene mucho patrocinio ni se da a conocer. La única manera de conseguir hacerlo atractivo es a través de las partidas rápidas, de una hora y media.
Al ajedrecista que más admira de todos los tiempos es al ruso Gari Kasparov -consiguió ser el campeón del Mundo más joven de la historia, en 1985- y en la actualidad, a Magnus Carlsen (a los 13 años se convirtió en el tercer Gran Maestro más joven en la historia del ajedrez).
En cuanto a sus rivales, ha detectado que, además de los procedentes de los países soviéticos, hay un auge de jugadores de China, India y de países pequeños como Azerbaiyán y Armenia.
En España admite que hay buenos contrincantes, al contrario de lo que muchos piensan, no están en Madrid o en Barcelona. Resulta que se encuentran en la Comunidad Valenciana; concretamente, en la provincia de Alicante. Para David Simón lo más importante es tener una buena apertura en el juego. Si el contrario te adelanta hace jugadas mejores. Todas las piezas tienen su importancia: Si pierde un peón puede perder la partida y si la reina muere en combate ya puedes retirarse. De todas las piezas la que más le gusta es la pareja de alfiles, pues controlan todas las casillas del tablero.
Segundo en la Olimpiada Matemática
Ahora pasamos de fichas a números. Este año, David ha quedado segundo en la Olimpiada Matemática Española, en la fase universitaria. Competía con alumnos de primer y segundo de bachillerato. Ha obtenido mejores resultados este año que en el anterior, en el que también competía su hermana Leticia, quien ganó la Medalla de Plata. No existe rivalidad entre ambos pero sí un sentimiento parecido de orgullo por superarse.