Maria Anna Walburga Ignatia, hermana mayor de Mozart, fue una niña prodigio como su hermano. Ambos unidos por la mutua admiración infantil y la interpretación musical, fueron exibidos por su ambicioso padre por las cortes de Viena y París. Pero mientras Mozart continuó con su carrera musical, Maria Anna tuvo que abandonarla por su papel de madre y esposa.
La hermana mayor, “Nannerl”Maria Anna, conocida también como “Nannerl” o “Marianne”, era la mayor de los cuatro hijos del matrimonio Mozart. A los siete años, ante la atenta mirada de Wolfgang, su padre Leopoldo empezó a enseñarle a tocar varios instrumentos. Pronto destacó como genial intérprete en clave y piano. A sus clases se uniría pronto su hermano pequeño, compañero también de sus juegos en los que crearon un mundo de fantasía y se hicieron inseparables.
Cuando Leopold Mozart decidió mostrar al mundo el prodigio de su hijo Wolfgang, también se llevó a Marianne. Las cortes de París y Viena fueron testigos de la genialidad de los dos hermanos por igual. Pero mientras Wolfgang estaba destinado a continuar exprimiendo su genialidad, a la joven casadera Marianne se le terminaba el tiempo.
El matrimonio como principal ocupaciónEn el siglo en que vivió la joven Nannerl no había lugar para mujeres excepcionales, o al menos así lo dictaba la tradición y la costrumbre. Sólo un carácter valiente y rebelde hubieran conseguido poner a la hermana de Mozart a su misma altura en la historia de la música. Pero Nannerl se mostró siempre sumisa a los designios de su padre y dispuesta a aceptar el destino que le tocaba como mujer.
Nannerl no sólo tuvo que abandonar su espléndida carrera como intetérprete sino que también tuvo que renunciar a un verdadero amor, el capitán y tutor Franz D'Ippold, por el marido que su familia le había escogido para ella. Su carácter obediente contrastaba con los constantes actos de desobediencia de su hermano a quien no gustaba en absoluto que Nannerl acatara todas las órdenes de su padre. A pesar de los esfuerzos de Wolfgang porque su hermana siguiera los dictados de su propia voluntad, Nannerl aceptó casarse con la elección de Leopold, un magistrado millonario llamado Johann Baptist Franz von Berchtold zu Sonnenburg.
Así Nannerl pasó de ser una joven prodigio a conventirse en la rica esposa de un magistrado. Se hizo cargo de cinco hijos que su marido ya tenía de dos matrimonios anteriores y de los tres hijos que tuvo con él. Sin embargo, el mayor de estos, llamado Leopold, fue criado por su abuelo, no se sabe a ciencia cierta si para convertirlo también en un genio de la música como Wolfgang o por otras razones desconodidas.
Lo que pudo ser y nunca fueMarianne hubiera sido probablemente el alter ego femenino de su hermano Wolfgang. Según unas cartas que éste escribió a su hermana en las que alababa sus obras, Marianne podría haber iniciado su carrera como compositora aunque nunca se conoció ninguna pieza musical suya. Lo que sí está claro es que fue una genial intérprete y que podría haber llegado muy lejos en el mundo de la música si los corsés de la época y su propia voluntad no lo hubiesen impedido. Su particular contribución fue sin duda la inspiración de varias de las geniales obras de su hermano.
A pesar de quedarse ciega, continuó ejerciendo como profesora de piano y tocando este instrumento hasta su muerte.